Claudia Triana, directora de Proimágenes, fue reconocida como Pilar de la Industria de los Premios PRODU durante la ceremonia en MIP Cancun 2025. Un reconocimiento que, según sus declaraciones, refleja dos décadas de construcción de políticas públicas sólidas que han transformado el audiovisual colombiano.

“Cuando hay reconocimientos uno dice: ‘Tampoco es para tanto’. Pero la verdad, cuando pasan, creo que uno echa para atrás y recuerda cómo ha ido construyendo poco a poco, cómo cosas que no existían ahora parece que fueran de toda la vida, cómo iniciativas que parecían imposibles se volvieron realidad. Y haber tenido el honor de estar en la mitad de ese tejido, pues es muy satisfactorio” declaró.

La directora de Proimágenes atribuyó el éxito reciente de la industria a una política pública consistente en el tiempo. “Colombia empezó tarde. Nosotros no hemos sido una industria con 50 años de tradición, hemos sido un cine y un audiovisual muy artesanal. Lo que creo que hace toda la diferencia es una política pública consistente en el tiempo que ha permitido que en los últimos 25 años se hayan construido una serie de mecanismos articulados” agregó.

Este marco legal ha permitido que una nueva generación de cineastas y empresas de televisión se fortalezcan y ganen competitividad global. “Ahora pueden hacer unas series y unas películas incluso de mucho más presupuesto y que podamos tener cada vez más un capital humano más competitivo, que puede trabajar a la altura de producciones originales de Netflix, de Apple, de Disney, cosa que nunca nos soñábamos”.

Sobre el impacto de los incentivos fiscales, Triana presentó cifras contundentes. “Cuando tú ves que han pasado 200 producciones internacionales que han gastado en el país cerca de 3 billones de pesos colombianos, sí ha habido un impacto importante en la economía, en la transferencia de conocimiento, en el empleo y en una cantidad de externalidades como el turismo, como la gastronomía”.

Triana detalló la evolución de la legislación que impulsó el crecimiento, desde la Ley de Cultura de 1997 hasta la creación de estímulos específicos. “Teníamos clarísimo que La Ley de Cultura que nos permitió nacer, que teníamos que hacer unas reglamentaciones y una nueva ley que nos permitiera unos instrumentos financieros como fue el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y unos incentivos tributarios para los privados”.

El punto de inflexión se dio con la creación de estímulos para atraer rodajes internacionales, comenta. “Al hacerlo también nos dimos cuenta que sin un incentivo era muy difícil competir con más de 100 países en el mundo que tienen incentivos. Fue así como nacieron los incentivos para proyectos internacionales, que posteriormente se convirtió en la pandemia en un tax credit sin tope, muy amplio y para todo el audiovisual”.

La expansión de los incentivos a series, realities, videojuegos y animación, más allá del cine, ha revolucionado el panorama exportador de servicios.

“Eso ha dado un salto muy importante en el gasto en el país y en la experiencia que han tomado nuestros crews colombianos. Antes teníamos una o dos empresas que podían exportar servicios y ahora tenemos cerca de 50 empresas que han podido exportar su talento y su logística, pero también que empiezan a hacer sus propias producciones con el dinero de Amazon o de Netflix. Creo que ha cambiado radicalmente el asunto en Colombia”.

Finalmente, Triana señaló que el próximo desafío es la adaptación tecnológica. “Creo que ahora tenemos que prepararnos, como todos, para ver cómo le seguimos el ritmo a la tecnología”.