Aliana González | 11 de julio de 2025
La industria audiovisual mexicana cuenta con equipos creativos y técnicos que pueden competir en calidad, con los de países del primer mundo
No hay duda en que México es el hub de producción audiovisual en Latinoamérica. Pero.. ¿Está en riesgo esta posición al no contar con incentivos audiovisuales federales, que atraigan a la inversión extranjera?
En un entorno económico complejo y retador, con modelos de negocio basados en la coproducción con participación de varias compañías (de México y de otros países), junto a la oferta de incentivos en cada vez más territorios, resulta cada vez más común ver producciones con historias mexicanas que han sido filmadas en Colombia, Uruguay, República Dominicana o España.
Más allá de las ventajas que tiene México para la producción audiovisual, su competitividad se ve mermada por no contar con un atractivo incentivo federal, que arrope a todo el país. La dinámica vertiginosa en la producción audiovisual, las nuevas tecnologías, el cambio en las tendencias, la globalización en la distribución, pueden cambiar en poco tiempo la posición privilegiada de México en la industria audiovisual de la región.
Para Andy Cortina, fundador de Guakamole Makers, los incentivos federales son una necesidad urgente. “Preocupa que nos vamos a dar cuenta de esta necesidad muy tarde, cuando ya estemos en desventaja como mercado”, apuntó.
Desde 2022 hay conversaciones y acercamientos entre gremios y representantes de la industria audiovisual mexicana y el gobierno, para lograr un incentivo nacional. La formalización laboral en el sector, ha sido uno de los asuntos complejos a resolver. Con el liderazgo de Canacine, de la Motion Picture Association (MPA), AMFI, Stage México, Egeda y ahora la recién creada Federación Mexicana de Productores de Cine, se buscan lograr acuerdos para contar con este incentivo que permita un mayor impulso de la industria audiovisual en México.
“En Canacine estamos trabajando desde todos los frentes existentes para conseguir ese incentivo que es vital para el futuro de nuestra producción”, comentó a PRODU Mauricio Durán, presidente de Canacine.
Nicolás Celis, presidente de la Federación Mexicana de Productores de Cine, explicó que sin duda participarán en impulsar un incentivo federal para México, pero que apenas están en la parte inicial de lanzamiento de la Federación.
Sin embargo, apuntó que lograr un incentivo federal es complicado porque depende mucho de la legislación local y a su vez del gobierno federal. “La estructura para aceercarse al incentivo de Colombia, es muy complicada en México. Pero se están trabajando también incentivos locales en otros estados además del de Jalisco que ha sido muy exitoso”, comentó Celis.
El año pasado, en mayo de 2024, se conoció el proyecto para otorgar un estímulo audiovisual de 20% a producciones audiovisuales extranjeras producidas en México, tras la propuesta de la diputada Alejandra Pani Barragán, del partido Morena, con la reforma de la Ley de Inversión Extranjera. Del documento, que llegó a la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad, aún no se tienen noticias. Este sería adicional, a la devolución del 16% que actualmente se otorga del IVA, con lo cual el estímulo total -bajo este esquema propuesto por la diputada Alejandra Pani Barragán- alcanzaría 36%.
Hay otros pasos que ha dado el gobierno para promover a México como destino de producciones internacionales, como el reciente diálogo de la cancillería mexicana con productores de Los Ángeles, en EE.UU.
Este año, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum aprobó un incremento del 16,43% en el presupuesto del Eficine, que ahora cuenta con 115 millones de pesos mexicanos (US$ 5,91 millones). Se trata del único estímulo, junto a Focine, que existe a nivel nacional en México. Sin embargo, este beneficio es solo para la producción de cine.
Sobre este tema, explicó Nicolás Celis que a nivel federal está el Eficine, aunque no es un incentivo sino un estímulo fiscal para producciones nacionales. También está el Focine. “Estas son las fuentes de financiamiento más importantes para la producción y distribución de películas mexicanas. Pero para las producciones que vienen en busca de servicios mexicanos unicamente, tener estímulos es fundamental ya que no solo es para películas sino también para series de televisión”, aclaró.
“Además del fondo de Jalisco han existido fondos de turismo en otros estados para la industria audiovisual: por ejemplo en Guanajuato hay un fondo turístico, y hay muchos estados con fondos más pequeños. Pero realmente para incentivar la producción extranjera no hay más que el de Jalisco y la devolución de IVA a nivel federal, a la que eres elegible al hacer una exportación de servicios. Realmente no es un “rebate”; no es algo automático que esté diseñado para que las productoras puedan tener una recuperación más veloz, eficiente, o garantizada al venir a filmar en el país para las películas o producciones audiovisuales. Es algo que también se debe trabajar y ya se está trabajando”, dijo.
El otro incentivo importante que hay en México es el incentivo regional de Jalisco. Nicolás Celis comentó que se trata de una gran iniciativa. “Tal vez en cuanto a montos se queda corto para lo que requiere el país, pero ha sido un gran inicio que ha mostrado grandes resultados. Entiendo que ya se están sumando otros estados que próximamente se van a ir anunciando y que sin duda van a ayudar con el rezago que tenemos a nivel de estímulos”.
Para Leonardo Zimbrón, VP sénior de Coproducciones Internacionales y Largometrajes en español de 3Pas Studios, el cash rebate de Jalisco resulta insuficiente para el tamaño del país y no alcanza.
“Se requiere un rebate que acompañe al Eficine. El Eficine tiene ciertos objetivos y estructura, que es más como un tax credit. Necesitamos un rebate, que, en la medida que se logre, va a traer mucha inversión extranjera”, afirmó Zimbrón. Recordó el caso de Brasil, que inauguró en Latinoamérica la aplicación de incentivos fiscales, lo que provocó la aceleración de su industria audiovisual en todos los términos, aunque la política ha desacelerado un poco el ritmo de crecimiento de Brasil en el audiovisual. “Hoy por hoy siguen generando producciones sumamente interesantes tanto en cine como en televisión”.
Por su parte, Alejandra Luzardo, CEO de Boomful, comentó: “Es urgente generar un acuerdo interinstitucional que permita avanzar hacia un cash rebate federal transparente, eficiente y competitivo. La experiencia de Jalisco demuestra que los incentivos bien estructurados no solo atraen inversión, sino que generan empleo, fortalecen cadenas locales de valor y posicionan regiones como destinos audiovisuales estratégicos”.
El informe del BID, “El impacto económico de la industria audiovisual en Latinoamérica“, elaborado en colaboración con Netflix y publicado en 2023, revela que por cada US$10 invertidos en la industria audiovisual, se generan entre US$6 y US$9 en el resto de la cadena de valor (preproducción, producción, posproducción y distribución). Además, por cada 100 personas empleadas en la industria audiovisual, se emplean directamente entre 50 y 70 personas en otros sectores económicos.
Un informe de Oxford Economics para la Motion Picture Association, indica que el sector audiovisual mexicano generó 77 mil puestos de trabajo de manera directa en 2022, inyectó 139 mil millones de pesos al PIB y aportó 19 mil millones de pesos al fisco. La cadena de proveedores de la industria audiovisual de México sostuvo otros 96 mil trabajadores para atender la demanda del sector. El informe es de abril de 2024.
En la cadena de valor del audiovisual se requiere el aporte de otras industrias de la economía, como lo son los servicios jurídicos, de seguros o de contabilidad, transporte, catering o alimentación, mano de obra que fabrica elementos de escenografías, alquiler de locaciones, confección de vestuario, ocupación hotelera, publicidad y marketing, solo por enumerar algunos. Más de dos tercios del gasto total se destina a estos otros sectores.
Más allá, el spillover del sector audiovisual resulta indudable: un ejemplo es el impacto en el turismo, en el consumo de música, venta de videojuegos y en el mayor interés en libros en los que se han basado series o películas, suficientemente comprobados con ejemplos recientes, como el interés por libros como Cien años de soledad o Pedro Páramo, luego de sus series. Además, también se mueve la economía con la venta de artículos de promoción comercial y demanda de conectividad, entre otros.
La industria audiovisual genera impactos culturales y sociales al llevar a la pantalla historias que tratan sobre temas relevantes en la sociedad, que hacen reflexionar sobre estos y que muestran la riqueza y diversidad del país.
Netflix reveló que Pedro Páramo contribuyó con una derrama económica de 375 millones de pesos a la economía mexicana (US$18.675.772). Más allá, también contribuyó al ampliar el público que conocía la novela y motivó interés en la obra original.
El informe detalla argumentos suficientes para convencer, en el sentido de establecer políticas públicas que impulsen a las industrias creativas. México ha sido calificado como el hub de la producción audiovisual de Latinoamérica, con enormes ventajas competitivas. Atraer a la inversión internacional, resulta vital para que la economía en torno a este sector, se impulse y fortalezca.
El informe desarrollado por Boomful “Navigating the Mexican Audiovisual Ecosystem: Pathways for Canada”, ofrece una radiografía actualizada del panorama de producción audiovisual en México. Hace énfasis en coproducciones, incentivos, desafíos regulatorios y oportunidades binacionales.
“Este tipo de estudios no solo permiten identificar buenas prácticas y modelos replicables, también visibilizan las brechas estructurales que seguimos enfrentando como industria a nivel federal y estatal”, señala Alejandra Luzardo, CEO de Boomful.
El estudio destaca los mecanismos existentes como Eficine y Focine, así como el modelo de cash rebate implementado por Jalisco, “observado por otros estados como un referente a seguir, aunque aún sin replicarse oficialmente”, indicó Luzardo.
Además, subraya la importancia de impulsar políticas como las cuotas de contenido nacional, que ayudan a visibilizar creadores y producciones locales frente a la competencia extranjera, y plantea la necesidad de mejorar la articulación entre los niveles de gobierno y actores del sector.
También se detalla cómo estados como Nuevo León, Durango, Yucatán y Baja California ofrecen apoyos en especie —logística, gestión de locaciones, permisos—, y cómo muchos gobiernos estatales están explorando esquemas similares al modelo de Jalisco.
“Hay estados como Baja California y Quintana Roo, que están copiando el modelo de Jalisco para hacer un cash rebate“, comentó Arturo González, fundador de Stage México, tras comentar que obviamente hay la necesidad de “estirar” el presupuesto, y los incentivos hoy, son parte del modelo de financiamiento, sobre todo en el caso de producciones grandes.
Comentó Luzardo que desde Boomful recomiendan:
Desarrollar políticas públicas intersectoriales que comprendan toda la cadena de valor del sector audiovisual, desde la formación de talento hasta la distribución. La idea es identificar los cuellos de botella estructurales que hoy limitan su crecimiento.
Reconocer que existen múltiples esfuerzos —federales y estatales— pero desarticulados y muchas veces duplicados, lo que reduce su impacto. Se necesita una visión coordinada y de largo plazo.
Asegurar la inclusión real de todo el ecosistema, no solo de grandes productoras, sino también del cine independiente, el documental, los formatos híbridos y las nuevas formas de producción digital.
Diseñar nuevos productos financieros accesibles a todo tipo de producciones.
“No podemos seguir pensando que los subsidios por sí solos sostendrán el crecimiento del cine mexicano; necesitamos una arquitectura financiera innovadora que permita escalar proyectos de forma sostenible”, afirma Luzardo.
El cash rebate de Jalisco es un incentivo joven, que apenas tiene tres años. En este tiempo, ha demostrado su utilidad, al convertir a Jalisco en el segundo destino de producción audiovisual de México. Pasó de generar una derrama económica de 7 pesos por cada peso invertido a 11 pesos por cada peso invertido.
Uno de sus principales retos, siendo un incentivo regional, es responder a la necesidad que demanda un incentivo nacional. Más en un mercado tan grande y competitivo como México.
Alejandro Tavares, director de Filma Jalisco, comentó a PRODU la importancia de convertir a la institución en un organismo público descentralizado (OPD) con el fin de que ésta no dependa de elecciones o cambios de gobierno. Ello permitiría garantizar la permanencia del cash rebate y consolidar a la política pública.
Al ser una iniciativa joven, comprende varias oportunidades de mejora. Una de las más importantes es solucionar la incertidumbre: muchos productores trabajan para reunir los requisitos del cash rebate, para luego no obtenerlo. También hay informalidad en las fechas y falta de retroalimentación sobre las causas por las cuales no se seleccionó un proyecto.
Para Andy Cortina, fundador de Guakamole Makers, resulta increíble que siendo México uno de los territorios relevantes para la producción audiovisual en Latinoamérica, sea el único que no cuenta con incentivos nacionales.
Explica que el cash rebate de Jalisco, aunque es un beneficio obvio y muy positivo a la producción audiovisual, tiene muchas limitantes a la creatividad.
“La película, es decir, la historia, tiene que desarrollarse en Jalisco. A diferencia de los incentivos como el de Uruguay, Colombia, Puerto Rico, República Dominicana, que tienen que ver con lo que gastas, los incentivos que tenemos en México regionales, quieren que la historia se desarrolle en la localidad a manera de impulso. Entonces yo no puedo venir a Jalisco y grabar una película que no tiene nada que ver con el tequila o no puedo poner una escena en medio de estas plantas de agave. Eso reduce las posibilidades de proyectos que pueden acceder a ese tipo de incentivos”, afirmó.
Más allá de un incentivo fiscal federal, acerca del que parece existir consenso, se requiere una política nacional dirigida a impulsar a las industrias creativas. Se trata de un sector que no solo han demostrado ser motor de la economía, sino impulsor de cambios e importantes transformaciones culturales.
Comentó que México necesita un incentivo que esté enfocado específicamente en impulsar a la industria audiovisual.
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