Del Barrio Producciones ha comenzado el rodaje de un largometraje documental sobre la artista afroperuana Susana Baca. Bajo el título Estoy viva, el proyecto se perfila como la producción documental más ambiciosa de la casa productora. “Queremos que este documental sea una referencia para el género en el Perú”, aseguró Hugo Coya, productor general del proyecto, en entrevista con PRODU.
El rodaje arrancó a finales de mayo tras años de conversaciones con la artista, quien accedió a participar luego de superar una grave crisis de salud en 2024, cuando estuvo al borde de la muerte tras sufrir tres infartos. Las primeras imágenes se grabaron durante una serie de conciertos íntimos en la Alianza Francesa de Lima. También se ha filmado en su casa en Cañete, una región de gran influencia afrodescendiente. El equipo ha registrado ensayos, entrevistas con su entorno cercano —incluido su esposo y representante Ricardo Pereira, quien es productor ejecutivo del documental—, así como testimonios de su médico tratante.
Actualmente, un equipo de más de 35 personas acompaña a Baca, de 81 años, en su gira por Argentina, Chile y Uruguay, donde será condecorada por la Universidad de Cuyo y visitará escenarios con fuerte carga simbólica, como Tucumán, tierra de Mercedes Sosa.
El documental contará además con entrevistas a artistas de renombre internacional que han compartido escenario con Baca, ganadora de tres Latin Grammy, entre ellos Natalia Lafourcade (México), Fito Páez (Argentina), Martirio (España) y Residente (Puerto Rico), entre otros. “Son innumerables los artistas que han colaborado con ella a lo largo de su carrera”, dijo Coya, quien señaló que ya han iniciado gestiones para incluir sus testimonios.

Michelle Alexander con Susana Baca
Estoy viva no será solo un repaso biográfico. “Queremos contar la historia de Susana como símbolo de lucha contra la discriminación racial y como referente de los afrodescendientes en América Latina”, explicó. El enfoque apunta tanto a su activismo como a su vida cotidiana: la artista en su cocina, ensayando con detalle, eligiendo canciones, reconstruyendo desde la intimidad una trayectoria que la llevó a llenar teatros en Nueva York, Madrid o París.
La dirección está en manos de Michelle Alexander, mientras que la producción cuenta con nombres destacados del audiovisual peruano e internacional. La dirección de fotografía es de Miguel Valencia, y el montaje estará a cargo de Eric Williams, editor con películas nominadas al BAFTA y al Goya. La película, de alrededor de 120 minutos, busca estrenarse en cines, plataformas de streaming y festivales de alto perfil. Se espera además de esta historia un perfil internacional, por lo que Del Barrio está en negociaciones con coproductores en España, Francia, Alemania y EE. UU interesados en sumarse a la producción.
Este proyecto marca un punto de inflexión para la productora. “Sin duda, es nuestro documental más ambicioso”, afirmó Coya. Del Barrio ya ha realizado otras piezas del género, como los documentales sobre el prócer Miguel Grau, Machu Pichu y la Amazonía, muchos de ellos emitidos por América Televisión y estrenados en Europa y Estados Unidos. Pero Estoy viva apunta más alto: “La coyuntura y los recursos que estamos movilizando lo hacen distinto a todo lo que hemos hecho antes”. Coya está en busca de locación especiales que serán parte del valor de esta producción.
El salto también es técnico. La productora ha invertido en modernización de equipos y actualización tecnológica, rodando en formato 4K con estándares que permiten competir en cualquier mercado internacional. “Hemos comprado lo último disponible en el mercado, contratando especialistas y cuidando cada aspecto técnico. Queremos competir de igual a igual con Colombia, Brasil o México”, dijo Coya, quien destacó que esa exigencia técnica también ha sido aplicada en sus producciones recientes de ficción, como la telenovela Eres mi sangre y la que está actualmente en preproducción para América Televisión.
Con Estoy viva, Del Barrio apuesta por internacionalizar su sello documental, llevando al mundo no solo la historia de Susana Baca, sino también la memoria, las luchas y el legado vivo de las comunidades afrodescendientes en América Latina.