Desarrollar estándares para compresión de video

Uno de los componentes tecnológicos más centrales en la distribución y consumo de medios digitales es la compresión y, en particular, la compresión de video, ya que los datos de video representan, con mucho, la mayor cantidad de datos en la mayoría de los servicios de medios.

A lo largo de los años, han surgido múltiples estándares de codificación de video diferentes y códecs patentados y el rendimiento de compresión de las nuevas generaciones de códecs está mejorando constantemente. Sin embargo, la eficiencia de compresión no es el único factor que determina qué tan bien un códec es adecuado para su uso en diferentes áreas de aplicación, y eventualmente, qué tan ampliamente implementado estará el códec.

El desarrollo de un estándar generalmente comienza con un análisis de los requisitos: ¿Cuáles son los problemas que abordará este estándar? ¿Cuáles son las propiedades técnicas deseables de esta norma? ¿Cómo interactuará este estándar con otros componentes del ecosistema? ¿Cuáles son las aplicaciones de destino y los casos de uso?

Aunque el formato de entrada a un codificador y el formato de salida de un decodificador (muestras sin comprimir de datos de video) se han mantenido iguales a lo largo de los años, las aplicaciones de diferentes generaciones de estándares de codificación de video han sido bastante diferentes. 

Desde abril de 2018, MPEG (ISO / IEC JTC 1 / SC 29 / WG 11) ha trabajado junto con VCEG (ITU-T SG 16 / Q 6) en un nuevo proyecto, Versatile Video Coding (VVC), que se espera que se implemente en aplicaciones que brinden una experiencia de video inmersiva, como transmisión de realidad virtual, transmisión de 8K y video de Alto Rango Dinámico (HDR).