TECNOLOGÍA

La muerte de la neutralidad en la red en EE UU y sus implicaciones para los operadores

23 de abril de 2018

Carmen Pizano

Neutralidad Red

En
su mayor parte, la neutralidad de la red murió el lunes 23 de abril
en EE UU. ¿Qué significa esto? Que se han derogado las regulaciones del 2015, que prohibieron a los proveedores de
banda ancha bloquear o ralentizar el tráfico de datos (contenido) y
les prohibieron ofrecer carriles rápidos a compañías dispuestas a
pagar extra para llegar más rápido a los consumidores que sus
competidores.

Esta
sentencia de muerte se firmó un par de meses antes, cuando la
Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), ahora dirigida por el
republicano Ajit Pai, votó para derogar dichas regulaciones.

¿Qué
quiere decir esto y por qué interesa a México y Latinoamérica?
Bueno, sin la neutralidad de la red, un proveedor de servicios puede cobrar a un
servicio de Internet, como Netflix o YouTube, una tarifa por entregar
su servicio más rápido a los clientes que la competencia, sin
embargo, esto perjudica especialmente a los pequeños operadores, que
no pueden pagar esas tarifas. Si medidas así se toman como parámetro en la región, significa serias desventajas para plataformas locales.

Aunque,
de acuerdo con Pai, estas medidas benefician a los proveedores de banda ancha que
pueden ahora recuperar dinero de inversión en infraestructura —lo
cual ha sido también una petición fuerte de los operadores en
Latinoamérica.

El
riesgo en EE UU es que a medida que empresas como AT&T, Verizon y
Comcast adquieran más contenido en línea, podrían dar prioridad a
sus propios servicios en sus redes, exprimiendo a los competidores y
limitando a lo que el usuario de Internet puede acceder y, en última instancia, podría
llevar a que su experiencia en Internet se parezca más a la TV por
cable, donde todo su contenido está controlado por su proveedor.

Algunos
críticos también temen que este control pueda conducir a precios
más altos para los consumidores e incluso podría afectar el derecho
a la libertad de expresión de la Primera Enmienda, ya que las
grandes empresas controlan más de lo que experimentan en línea,
considerando que se han definido como “Los derechos de Internet
son derechos civiles”.