Televisa llevó en señal abierta y en primetime la serie de los Aristemo, una pareja gay que surgió de una de sus telenovelas
La TV gayfriendly: un nicho de audiencia en crecimiento
Flor Singer|01 de marzo de 2021
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Primero fueron los Aristemo. Con papeles secundarios en Mi marido tiene más familia, saltaron a tener su propia serie, Juntos, el corazón nunca se equivoca, sobre los personajes Aristóteles y Temo, una pareja homosexual, interpretada por Emilio Osorio y Joaquín Bondoni.
Hace un par de años, Televisa dio un gran paso en la región y llevó a los mexicanos, en señal abierta y en primetime, por primera vez, una historia que visibiliza personajes homosexuales y sus historias, como protagonistas, sin caricaturizarlos. No es cualquier cosa en un país con altos niveles de homofobia. La TV abierta, en la búsqueda de las nuevas audiencias y contenidos para hacer frente a la batalla por la sintonía que le han robado las plataformas y su profusa conversación que generan en redes sociales, encontró en historias como estas un nicho de fanáticos.
La serie de los Aristemo fue una de las más vistas en México en 2019 y la televisora repitió la estrategia en su siguiente telenovela, Amar a muerte, escrita por Leonardo Padrón, donde incorporó ahora a una pareja de lesbianas, que orgánicamente también derivó en el fandom de las Juliantinas, para la que los productores Billy Rovzar y Carlos Bardasano ya anunciaron película, en preproducción actualmente.
Otro caso ha sido el de la telenovela de Telefe 100 días para enamorarse, con versiones en EE UU y México, que introdujo un personaje en transición, y se hizo parte del boom de los contenidos queer que han ayudado a visibilizar todo el espectro de la diversidad sexual.
2019 y la aparición de los influencers, con su peso específico en el comportamiento digital de las nuevas audiencias, ha abierto camino a la diversidad sexual. El mismo año de los Aristemo, Disney Channel lanzó su serie juvenil Bia, en la que se incorporó a la pareja colombiana de youtubers Calle y Poche. Gravitiy Falls, High School Musical y la más reciente, La casa del búho, también han sumado personajes de la comunidad que hacen más inclusiva la pantalla, una apuesta abierta de la compañía.
En psicología del consumo se viene hablando desde hace una década del nicho gay o el mercado rosa, como se le dice ahora. Las reivindicaciones y la mayor inclusión de esta comunidad logradas en los últimos años con la adopción de matrimonio igualitario en varios países de la región, también les han permitido convertirse en grandes compradores y en público objetivo de la publicidad de la que viven los medios.
Las plataformas han incorporado con mucha más libertad y disrupción contenidos que visibilizan la cultura LGBTIQ+, que tanto en la sociedad como en los productos culturales ha sufrido la exclusión y el señalamiento. Netflix fue pionera con series como Sense 8 o Sex education y le siguen otras como Euphoria, de HBO, que recogen además las duras tribulaciones adolescentes sobre la identidad sexual.
Pose, sobre la cultura transexual de los ballrooms, es otro ejemplo de cómo la apuesta por la diversidad también atrae nichos específicos de audiencia. La serie lanzada por HBO en 2018 tuvo tal resonancia que en la segunda temporada se mudó a Netflix y ya va por su tercera. Si bien antes existían canales exclusivos para el público gay, como las iniciativas que en Latinoamérica impulsó Claxon, la tendencia ahora no es separar lo que consume esta comunidad, sino hacerlo transversal para generar un contenido más diverso y representativo del la sociedad y de los tiempos que se viven.