TECNOLOGÍA

La lucidez técnica de Claudio Lisman

30 de mayo de 2022

Alfredo Yánez

Claudio Lisman Emmy

En su vitrina lucen múltiples premios y reconocimientos. Un PRODU por su trayectoria de más de 40 años dedicado a la industria tecnológica está ahí. Recientemente ha completado hitos en la carrera: Vendió Primestream en un gran momento, y en lo personal —aunque dice vivamente que todo es el resultado del trabajo en equipo— recibió un Emmy por sus aportes de inventiva a la industria. Es Claudio Lisman, un curioso que ha sabido moverse sin miedos por los senderos de la industria, en múltiples direcciones.

Lisman acuña el término lucidez técnica para explicar, en síntesis, los procesos creativos propios y de conjunto que lo llevaron a presentar propuestas desafiantes —que algunos creyeron desventuradas y a destiempo—, pero que supieron imponerse con constancia, disciplina, empeño y un toque de terquedad y a contracorriente.

Tras el parón del mundo por el covid-19, la nominación a Lisman para el Emmy en el campo de la tecnología se pospuso por un año, lo que le sirvió, entre otras cosas, para preparar mejor su formulario y entender cuál era el principal criterio a evaluar.

“Me pedían explicar cuál fue el impacto en la industria y cuántos usuarios tenía la solución al presentarla y cuántos hoy en día”.

Detalla que desde 2003 ya quería desarrollar una solución que permitiera trabajar en la nube, a distancia, en remoto. Debió esperar un tiempo, algunas inversiones, y la llegada a su equipo de nuevos desarrolladores para darle forma a aquella propuesta que respondiera a sus interrogantes iniciales.

“¿Cómo hago para que alguien que no esté dentro de un mismo edificio pueda ver un producto editado, pueda agregar metadatos, pueda hacer comentarios para que el editor o el productor tengan referencias? ¿Cómo hacemos para que esa parte del proceso ocurra?”.

Sigue, “En esa época los anchos de banda eran muy limitados. La topología de redes no era muy fuerte”.

“Lo primero que nos planteamos fue cómo generar un archivo en baja resolución que estuviera sincronizado con la alta resolución, es decir, que los datos que yo ponga en baja resolución… de 300Kb/s (por ejemplo) estén sincronizados con un archivo que esté a 25 Mbits por segundo, y que cuando yo le dé una instrucción al archivo en baja resolución, inmediatamente esa instrucción pase a estar, también en la nube, en alta resolución”.

La conclusión en el proceso fue trabajar con un proxi, y así sincronizar ambos archivos, el local en baja resolución, y el que estaba alojado en la nube, en alta resolución.

“En primera instancia trabajamos con Adobe y la primera empresa en utilizar esta solución fue Disney. Ellos hacían un programa de manualidades en Buenos Aires, y desde allí se sincronizaba con la India, donde se hacía el voice over en varios idiomas. Además, el programa requería que hubiera personajes específicos en algunos países, por lo que muchas veces había que reemplazar imágenes. Con ese trabajo hecho desde Buenos Aires, la India, y algunos otros países, en Los Ángeles, estaba el encargado de ver todo y aprobar para que cada región descargara el archivo que les correspondía.
Evidentemente, este esfuerzo hizo que la solución tomara mucha fuerza”.

Digamos que para ese momento habría unos 10 o 15 usuarios.

“De ahí la solución se expandió. La contrató Yahoo Studios, para trabajar entre Nueva York y Los Ángeles. Luego Vice News con algo similar entre Londres, NY, Los Ángeles y Toronto. Luego el grupo Albavisión (…) Y de ahí empezó a tomar fuerza. De los diez usuarios del principio hoy hay decenas de miles que están usando esa solución”.

La lucidez técnica que devino en esta solución ha sido tomada en cuenta por otros fabricantes, “cada uno de ellos adoptó una filosofía, pero la idea, el primer premio en NAB, fue para nosotros. Después cada cual buscó la manera de incorporar esta idea para mantenerse en el mercado”.

Y la parte final de aquel criterio quedó resuelta. “Hoy son decenas de miles los usuarios de nuestra solución, con sus variantes, con sus características particulares” completó Lisman.

La historia estaría completa si la vida no tuviera contextos. Llegar a esos puntos de cúspide implica trabajo, dedicación “y conciencia de equipo. Ninguna persona, sola, podría hacer todo esto. Nosotros contamos con equipos internos y externos que hicieron —y hacen— posible que todo eso que nos imaginamos se concrete”.

“Cisco, Albavisión, Disney… Todos ellos colaboraron ampliamente con nuestro desarrollo, sugiriendo características, pidiendo funcionalidades y prestaciones. Sus requerimientos hicieron que nos focalizáramos en algunos aspectos que habíamos dejado de lado, y eso es muy importante porque estos desarrollos requieren de mucha colaboración, interacción, intercambio, pruebas. Y todo eso lo obtuvimos de nuestros usuarios”.

Los equipos son clave. No hay duda, pero también lo es la curiosidad y la terquedad. “Yo no me quedo con un ‛es imposible’. Cuando me dicen eso, es como si me dijeran, dale, piensa, lógralo”.

Lisman se va hasta 1999, cuando Steve Ballmer, CEO de Microsoft, lo invitó a Redmond para que conociera la Inception de Windows Media Player y la Inception del encoder. “Dije Wow, esto va a pegar potente en el futuro. Lo comenté con varios amigos, diciéndoles que serviría para ver TV en la web… ¿Quién va a hacer eso? Ya tenemos TV en la casa, me respondieron”.

“En esa época yo experimentaba streaming a 56 Kbits por segundo. Era nada… Pero yo sabía que era cuestión de tiempo para que ocurriera y hoy la mayoría de la gente ve video desde las redes. Aun la TV tiene una influencia, pero cuando ves lo que ha ocurrido con el video streaming…”.

Y tiene más.

“Yo tenía un teléfono, muy viejito, con una pantallita de una pulgada y me dije ‛Voy a transmitir video a un teléfono celular’. La gente me decía ¿Para qué? ¿Qué beneficio tiene? Y yo les decía: Imagínate, estás en el metro, estás allá, esperando al niño en la escuela y quieres ver algo”. Me decían ‛eso no va a funcionar’”.

“Fue todo un desafío. No podía mandar todo el video junto, porque había muchos cortes. Entonces lo enviaba de cinco segundos en cinco segundos…”

TV on board

Me levanté y le llevé una idea al capitán de Norwegian Cruise Line, NCL. “¿Qué le parece una antena, giroestabilizada, de 16 pies para que la gente que esté en el crucero pueda ver TV?
La primera respuesta fue ¿para qué quiero eso? —Para que la gente vea TV”.

Me explicó: Si la gente va a ver TV, no va a estar consumiendo en los bares, no va a estar en el casino, no va a estar en los shows.

Dije: “Sí, va a haber gente en el camarote. Pero le pregunté… ¿Cuando llega el Super Bowl, o la final de la NBA… Cuánta gente se monta en sus cruceros?… ¿Pierden?

Sí, claro, la gente se quiere quedar en su casa, para una fiesta.

¿Cuánto baja? —Casi vamos con 10 o 20% de gente.

“Ahí fue cuando le dije: Yo le vendo esta antena, por lo que usted pierde en esos eventos y la montamos, y entonces usted monta el primer Super Bowl on board”.

“¿Sabes qué?… Tienes razón… Probemos, a ver si funciona.

“Le metimos la antena. Al principio no funcionaba, con un amigo estuvimos tratando de verlo hasta que la señal entró… Probemos. El capitán dijo vamos a darle una vuelta… Éramos solo la tripulación y nosotros en un barco gigante… La señal quedó clavada,
volvimos al puerto y el tipo me firmó”.

“Después los de Carnival me contactaron, también equipamos su flota”.

Y luego nació DIRECTV.

“Fui a hablar con ellos, les pedí mercadear una solución. Esta vez la antena sería de 19 pulgadas. y la logramos con giróscopos de una fábrica para necesidades militares. La idea era que los vaivenes del mar no movieran la recepción de la antena. Hoy debe haber unas 100 mil unidades de estas antenas Trackvision, idea mía”.

Lucidez técnica en plenitud

La venta de Primestream significó un punto clave. Claudio Lisman ha vivido poco más de un año en transición necesaria, pero sin parar la curiosidad ni detener la inventiva. Está consciente del paso dado, pero sobre todo de los que piensa dar.

“Ross ha llevado nuestra propuesta a otro nivel. Nosotros éramos 50, ellos son 1000. Estas soluciones están en el mejor lugar posible. Yo he disfrutado mucho la transición”.

Ahora otras cosas lo mantienen ocupado. Las tecnologías de nanosatélites y las amplísimas posibilidades que ofrecen los drones, forman parte de su estudio diario, que complementa con un par de lecturas que se han convertido en su reencuentro personal: Sapiens, de Yuval Noah Harari, que habla de la historia de la humanidad, cosa que resulta muy importante en esta época de crisis, para que nos demos cuenta de cómo hemos llegado hasta aquí, y Escúchate, de Prem Rawat, un libro fantástico sobre el conocimiento de uno mismo y descubrir cómo tener un poco de claridad.

PRODU y su importancia

Los premios y reconocimientos son tan importantes como el sentido que quien lo recibe pone en ellos. En 2018, PRODU otorgó su premio honorífico a Claudio Lisman. “Recuerdo cuando me llamaron. Era un reconocimiento de un medio que tiene un alcance muy grande. PRODU es uno de los líderes en información en nuestra industria. Es un prestigio para cualquiera”.

Dice Lisman que “me gusta la forma como analizan las propuestas, cómo una solución beneficia a la industria. Creo que es un premio muy importante. En EE UU hay muchos… pero no hay premios que den reconocimiento a las empresas e ingenieros en Latinoamérica, y allí PRODU juega un papel clave”.

“Soy un romántico también, porque además estos premios te permiten ver un efecto emocional. Las empresas que lo reciben, lo hacen con mucha alegría. Este año estaré como jurado, una experiencia nueva para mí, y sé que la voy a disfrutar mucho”.