Tras la inesperada muerte de la matriarca Virginia de La Mora, la familia se está cayendo a pedazos. Paulina, quien ahora vive en Madrid con María José y su hijo Bruno, se ve obligada a volver a México cuando se entera de que el testamento de su madre ha sido impugnado. A su regreso, Paulina encuentra su casa peor que nunca: su padre Ernesto se ha unido a una secta de éxito pseudo-espiritual; su hermana Elena está viviendo una crisis de identidad a consecuencia de sus últimas relaciones amorosas; Julián ha encontrado un nuevo y peculiar trabajo que solo le traerá más problemas.