
La colombiana Jenny Nava y la chilena Paulina García protagonizan Querido trópico
La cinta colombopanameña Querido trópico llega a las salas de cine de Colombia desde este 7 de agosto. Se trata de la ópera prima de Ana Endara, protagonizada por la chilena Paulina García y la colombiana Jenny Nava. Es coproducida por Mente Pública y Mansa Productora de Panamá, y Big-Sur Películas de Colombia. La distribución en Colombia es de Cinecolombia.
“Cuando nosotras obtuvimos el fondo de cine de Panamá, con mi productora Isabela Gálvez, comenzamos a buscar alianzas y llegamos a Joan Gómez de Big-Sur. Aplicamos al FDC (Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia), que finalmente lo ganamos y fue el fondo mayoritario de la coproducción”, contó la directora de Querido trópico, que también tuvo con el apoyo del Fondo de Cine del Ministerio de Cultura de Panamá (DiCine) y el Programa Ibermedia.
Es así como la movida del cine colombiano en 2025 se ha abierto a tener en las salas películas que traen voces de otras latitudes, diferentes a los grandes blockbusters EE. UU. Querido trópico se une a la lista, con una historia que mezcla acentos, entre chileno, colombiano y panameño. Estará en más de 30 salas de Colombia y será la primera cinta nacional en estrenarse en Lumina, el nuevo centro cultural de Bogotá.
Querido trópico retrata el encuentro de dos soledades: la de una mujer de clase alta a la que una demencia le está arrebatando todo lo que ha sido, y la de su cuidadora, una inmigrante sola y sin apoyo, separada del mundo por un terrible secreto.
“La migración es una cuestión que nos atraviesa en todo el continente, tiene sus oleadas altas y bajas. Hubo una gran migración de colombianos a Panamá, en diferentes momentos. Y Panamá en sí, es un país de paso. Cuando comencé a pensar en esta historia y pensé en una matriarca con una cuidadora, fue muy orgánico, porque pasa mucho en mi país que ese trabajo muchas veces son personas migrantes en posiciones vulnerables”, relata la directora.
Además de la migración, la cinta trata asuntos universales como el cuidado, la memoria, la complicidad y la fragilidad. Endara sostiene que son “temas que a todo el mundo nos tocan en algún momento u otro de la vida. Todos vamos a tener unos padres que se hacen mayores y se vuelven como niños. O si eres mujer, te has preguntado si vas a o no a tener hijos, te has preguntado quién cuidará de ti. Son temas con los que mucha gente va a poder conectar”.
Por su parte, Jenny Nava, una de las protagonistas de la historia, asegura que como actriz se siente privilegiada de estar en Querido trópico. “Cuando leí el guion, lo primero que le dije a Ana cuando la vi fue gracias. Este es el texto que cualquier actriz anhela tener. O sea, gracias por navegar por todas esas emociones”.
Ambas coinciden que si bien es un drama, la película se vale del humor para que el espectador disfrute la experiencia. “Es como un drama luminoso en el que se hablan temas complejos, pero luego también hay una caricia. Creo mucho en el humor, no para salir o negar las cosas, sino para transitar. Las veces que he visto la película con público, que han sido en diferentes lugares del mundo, la historia sabe arrancar lágrimas, pero también risas”, explica la directora.

Ana Endara, directora de Querido trópico
Ana Endara es reconocida como documentalista y con Querido trópico da el salto a la ficción. “Lo bonito ha sido imaginar personajes en papel y luego trabajar eso con colaboradoras maravillosas como Jenny y Paulina y ver cómo eso se transforma en una cosa tridimensional”, sostiene sobre este cambio, del que no ha sentido tanta diferencia como se creyera.
Una de las características que mantiene de sus raíces del documental es el uso del silencio como herramienta narrativa. Una de las cosas que tenía claras la cineasta era no usar música encima de las actuaciones, aunque le dijeron que siempre era un recurso disponible.
“Cuando ya estábamos acercándonos a la parte final de la postproducción y escuchamos la mezcla de sonido, me puse muy feliz al sentir cómo esos silencios estaban. Eran para mí muy importantes. Sentir suspirar o el leve sollozo de alguien, es muy bonito y hace parte de la comunión del cine”, argumenta la panameña.
Jenny Nava añade que el ingrediente del silencio a ella como actriz le exigía “poderme expresar a través de las emociones. Me encantaba poder mostrar todo a través del rostro, de un primerísimo plano y decir ‘aquí están mis ojos, lo que siento, pienso’. Creo que fue de lo que más disfruté”.
Además de tener raíces en el documental, Ana Endara asegura que le gusta pensar su película como feminista. “No le tengo miedo para nada esa palabra, al feminismo, y esta película es innegable que lo es: las cuatro actrices principales son mujeres, está dirigida por una mujer y hay un universo muy femenino y una sororidad muy fuerte. No viene a matar lo masculino, sino a tener su lugar. Yo creo en la diversidad. Creo que mientras más voces cuenten, más rico será el mundo”, concluye.