Claudia Rangel, CEO de KidzTalent, y Jennifer Robles, socia de Copyright Consulting
En el cuarto y último episodio de la serie Legalmente hablando con Co-Co, se aborda una de las preguntas más complejas dentro del ecosistema de producción infantil: ¿existe una ley que proteja al menor de ejecutar escenas explícitas? La conversación entre Claudia Rangel, CEO de KidzTalent, y Jennifer Robles, socia de Copyright Consulting, profundiza en los vacíos legales y los protocolos de protección que se aplican —o deberían aplicarse— cuando niñas, niños y adolescentes participan en producciones con contenido sensible. La cápsula completa ya está disponible en video.
Desde su rol como representante de talentos infantiles, Rangel explicó que una de las medidas que adopta como agencia es filtrar los proyectos en función del contenido: “Mi regulación hacia el talento es no aceptar proyectos complicados, porque son muchos pasos legales. Y como comentábamos al inicio, hay que cuidar la salud psicológica de los menores”, comentó.
Subrayó la importancia de conocer a fondo el perfil del director y de la producción antes de aceptar una propuesta: “Acepté la serie de Ernesto Contreras porque conozco su trabajo como director, pero si tú no conoces al director, si no conoces su trayectoria y como agencia no te investigas, pues mejor no los acepto”.
Desde el ámbito jurídico, Jennifer Robles aclaró que en México no existe una ley que prohíba de manera específica que menores participen en escenas sexuales o violentas: “Desafortunadamente en México no existe una ley que contemple específicamente que un menor de determinada edad no puede llevar a cabo escenas de sexo, violación o desnudos”. Agregó que tanto la Ley Federal del Trabajo como la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes dejan márgenes amplios que dependen de interpretaciones generales sobre el “desarrollo físico, emocional y psicológico”.
Ante este vacío legal, Robles habló de la importancia de crear políticas internas desde la producción, la agencia y, sobre todo, desde la familia: “Debe partir del sentido común de los papás. Un menor de edad no tiene esa capacidad como tal de decidir en qué proyectos puede participar”. También advierte que aun cuando exista formación actoral, “una niña de seis años no tiene conciencia de lo que implica una escena de abuso. Y a los quince tampoco”.
El episodio también analiza la participación de menores en formatos como realities, donde muchas veces se vulnera su bienestar emocional y físico. Rangel compartió experiencias directas en las que los niños mostraban signos de desgaste: “Me tocó ver muchos realities muy de cerca donde los niños se veían desgastados emocionalmente, físicamente. Porque los realities también tienen que tener, creo yo, un súper cuidado”.
Ante la pregunta sobre el derecho del menor a detener su participación en estos casos, Robles respondió: “El niño todo el tiempo tiene derecho a levantar la mano cuando hay algo que lo esté incomodando”. Y añade que esto debe ser parte de una comunicación abierta desde el inicio entre producción, padres y representante.
En la práctica, explicó la abogada, si se llega a una situación de conflicto que no se resuelve con diálogo, hay mecanismos legales como notificaciones por medio de notario o denuncias ante la Secretaría del Trabajo, dependiendo del tipo de contrato: “Se puede ejecutar legalmente, sí, pero no es inmediato, siempre recomendamos agotar los pasos, ir graduales”, aclara.
La conversación cerró con un llamado directo a los padres y tutores: “Escuchen a sus hijos. Si en algún punto él no quiere, pues no quiere”, dijo Rangel. También enfatizó la importancia de que las familias se informen sobre las agencias, investiguen su trayectoria y tengan un abogado cercano ante cualquier eventualidad.
“Estos temas tienen que terminar y tienen que empezar valorando el talento de los niños, la formación educativa e incluso sus sueldos, porque eso es un ahorro para ellos a futuro”, finalizó.