La finca de hoy es uno de los programas de la televisión colombiana que aborda temas del campo
Un estudio realizado por la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) evaluó el nivel de identificación que tienen los campesinos con la representación que se hace de ellos en la televisión colombiana. En el informe, que se basó en la realización de 48 sesiones de grupo y 86 entrevistas a profundidad en 22 ciudades del país, se evidenciaron opiniones mixtas entre las personas de la cultura rural.
Menos de la mitad de los individuos que conformaron los grupos focales se identificó con la forma en que es retratado este segmento poblacional. Más de la mitad de los participantes manifestaron su desconfianza y falta de autenticidad en relación con su representación en la pantalla chica.
Los entrevistados mencionaron que la mayoría de los programas de televisión actuales centrados en la vida campesina no reflejan con precisión la realidad del trabajo en el campo. Consideraron que estos programas a menudo se centran en el éxito que obtienen algunos agricultores y no en aspectos auténticos de la vida rural.
Asimismo, comentaron que en algunas novelas y otros formatos televisivos la recreación de los campesinos suele ser poco realista y modernizada. Esto incluye la proyección de un mundo idealizado que no coincide con las dificultades económicas que enfrentan en la vida real.
Más de la mitad de los entrevistados, pertenecientes a la población rural, expresó su preocupación por asociar la cultura rural con temas sensibles como el narcotráfico, la prostitución y la corrupción, ya que puede generar una imagen negativa. Mostraron también su disconformidad por la falta de diversidad en la programación dirigida a las comunidades rurales, reflejando el deseo de ver representada de manera realista la vida de los campesinos.
Los encuestados indicaron que suele haber diferencias marcadas entre lo que se muestra en la pantalla y su realidad. Por ejemplo, coincidieron en que la televisión tiende a mostrar grandes extensiones de cultivos, mientras que en sus comunidades las parcelas son más pequeñas y la escala de producción es diferente. Adicionalmente, percibieron diferencias culturales y de estilo de vida en su representación social en la televisión, como por ejemplo en la forma de vestir. Esto, según el informe, contribuye a la falta de identificación.
Por otro lado, el estudio (que también aborda a otros grupos demográficos) recalcó que la televisión a menudo estereotipa a los campesinos como personas tímidas, pobres y vulnerables, lo cual no representaría la diversidad, las habilidades y las actitudes reales de quienes trabajan en el campo.
Al ser consultados sobre cómo les gustaría que se esbozara el contexto rural en la televisión, los participantes expresaron su deseo de que más contenidos muestren el trabajo cotidiano en el campo, incluyendo actividades agrícolas y cuidado del ganado. En este nicho también existe un interés común en que los programas aborden aspectos prácticos y relevantes para el sustento de los campesinos, como técnicas de cultivo, manejo de animales y resolución de problemas relacionados con la agricultura y la ganadería.
De igual manera, enfatizaron en la necesidad de evitar el uso excesivo de maquillaje y transformaciones artificiales en la recreación de campesinos. Aun así, reconocieron que sí existen programas televisivos con los que se sienten identificados, como La finca de hoy, Las aventuras del profesor Yarumo, y El reportero del campo. El informe concluyó que la población rural quiere verse ilustrada en la televisión de forma verídica y sin estereotipos.
