Ximena Cantuarias, VP sénior de Producción Scripted de NBCUniversal Telemundo Enterprises
El conde: amor y honor (70×60’) que estrenó Telemundo el pasado lunes 1.º en el horario de las 10pm, presenta más de 127 ubicaciones icónicas de la Ciudad de México y sus alrededores; con ocho semanas de preproducción y la filmación de 300 escenarios en un período de 17 semanas de producción y la coordinación de más de 3.000 personas, entre actores, extras y miembros del equipo. La serie se realiza en alianza con Sony, que presta los servicios de producción.
A esta serie la distingue el alto valor de producción que se refleja en una minuciosa ambientación de época, que abarca de 1930 a 1950.
Para Ximena Cantuarias, VP sénior de Producción Scripted de NBCUniversal Telemundo Enterprises, un proyecto de época “es especial, porque implica un reto muy grande de un equipo de trabajo”. Indica que ha participado en tres o cuatro proyectos de época y cada vez que hace uno “siento que nos permite aprender de la historia, ser mucho más creativos, implica un reto más grande. Verlo en pantalla de Telemundo hace que nos sintamos orgullosos”.
“Grabar época en México tiene una gran ventaja porque aquí se ha conservado mucho la arquitectura. El centro, la Colonia Juárez, la Colonia Roma, son colonias que gracias al cuidado que se ha tenido de conservar fachadas, aunque por dentro los edificios sean mucho más modernos, eso ha permitido que puedas tener fachadas de época” expresa.
Cantuarias, al mismo tiempo que habla de las bondades de grabar en la Ciudad de México, describe que también existen retos. “Es cada vez más complicado grabar época, por ejemplo, por los cables. En todas las zonas donde se puede grabar época, que es el centro —Colonia Roma, Colonia Juárez— está llena de cables. Hay que cuidar mucho todo ese proceso creativo y ver qué ángulos utilizamos para grabar” explicó.
Otros retos vienen del hecho de que en México hay muchas producciones en marcha al mismo tiempo y cada vez permiten menos camiones en la calle. Además el clima (la lluvia) representa otro desafío. “En temas de época, la modernidad representa un reto: tapar avisos, tienes que llevar cosas, plantas, que pueden ir tapando esas señales, para no tener que usar tanto VXF para borrar porque toma mucho tiempo. Los responsables de los actores tienen que estar pendientes de que ciertos detalles no se vean en pantalla (como joyería y relojes modernos)” comenta.
Dentro de las locaciones se encuentran la Hacienda Gallardo (Hacienda Tochatlaco-Tepeapulco), Hacienda Zambrano (Hacienda Ometusco), la iglesia Regina en el centro de la Ciudad de México; Café Francés (Palacio Metropolitano), la Cárcel Isla De Los Dolores (Parque Desierto de Los Leones), cementerio (Panteón San Fernando), la mansión del conde (Blvd. Condado de Sayavedra) y Hotel Vicente (Gran Hotel México).
México conserva mucho de su arquitectura de época
Mencionó que en los proyectos de época lo que más brilla, además de las locaciones, es el vestuario, en particular el de las mujeres. “Son los sombreritos, el vestido, el corte y los zapatos. Además, teniendo mujeres tan guapas como Ana Brenda (Contreras), como la misma Marjorie (de Sousa) o como Chantal (Andere), que es una malvada divina. No es porque es El conde, pero en general me encanta la época porque los que brillan son el diseño de arte, de producción y vestuario”.
Agregó que son las áreas que en realidad brillan por el trabajo que hacen y porque es lo que el público ve. “Es lo que el público quiere ver en la pantalla y cómo lo vas a interpretar. Mucha gente se toma el trabajo de mirar y decir, pero ¿dónde hicieron esto? Porque, además, lo estamos haciendo en época actual”.
Cantuarias destacó la labor de las cabezas de cada departamento que estuvo involucrada en la producción.
“Nosotros podemos generar un concepto, podemos tener una idea, podemos traer una historia, pero si ellos no saben interpretarlo, el producto no tiene la calidad y, por tanto, no funciona como debe funcionar. En este caso, debo decirte que El conde, además de tener un elenco espectacular, y de primera línea, cuenta con un gran equipo de diseño de Imagen, un lindo vestuario, además la escenografía, la ambientación, de utilidad, se luce” comentó.
Cantuarias también quiso resaltar y hacer un homenaje a Helena Rojo, quien tuvo su última actuación en El conde: amor y honor antes de fallecer.
Además de Cantuarias, también fueron productores ejecutivos Karen Barroeta y David Posada. Sergio Mendoza fue el VP de Desarrollo Scripted; escritores de la historia fueron Sandra Velasco y Alejandro Vergara; los directores fueron Miguel Varoni, Danny Gavidia y Felipe Aguilar. En diseño de Producción estuvo María Eugenia González-Naranjo; en diseño de Vestuario, Yvan Foltzer; en diseño de Maquillaje y Peinados, Raúl Muñoz Cruz; en la supervisión VFX, Raúl Andrés Pano Tornero y como directores de Fotografía Andrés León Becker, Juan Pablo Ambris (AMC) y Damián Aguilar.
Cantuarias opina que la historia del Conde de Montecristo, en la cual está basada la serie, se puede ambientar en cualquier época. “Creo que la idea de los 30 y 50, que viene de nuestros padres y abuelos, que nos trae al día de hoy una época cercana y lejana, cómo nos contrasta a una realidad actual, y nos trae una elegancia del vestir, del hablar, de la decoración, permite que la nostalgia para los mayores pueda estar presente. Además que la historia engancha muchísimo”.
Telemundo Studios asciende a Ximena Cantuarias a VP sénior de Producción Scripted
