Este comercial creado por la agencia J. Walter Thompson para el modelo Ford Ka de su cliente Ford Motors Argentina, se filmó durante tres días en un lugar hostil e inhóspito, con el objetivo de cumplir la idea del guión y la búsqueda estética de los directores Bosco y Jojó.Dado que el guión exigía una libélula de tamaño gigantesco, se construyó una estructura de quince metros de alto, en hierro y revestida de madera, lo que significó el trabajo de diez constructores durante dos semanas. El tomó dos semanas de construcción y pruebas, ya que las alas de la libélula debían soportar fuertes vientos y además tenían que moverse como alas reales.En el comercial participaron Ricardo Couso, director general creativo; Leonardo Pratt, redactor; Pedro Vankequelverge y Hugo Garín, productores de agencia. Por parte de la productora Cinetauro trabajaron en el proyecto Bosco y Johannes, directores; Roberto Tourón, productor ejecutivo; Marcelo Camorino, director de Fotografía.La postproducción se realizó en Metrovisión, el sonido en Inaudito y Cinetauro. La música fue de Diego Grimblat.
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