Édison Monroy | 12 de agosto de 2025
El Especial Andina PRODU 2025 aspira a mostrar el panorama para una real mancomunidad laboral en la industria de la región
La integración audiovisual en la región andina y latinoamericana está dejando de ser una aspiración para transformarse en una oportunidad concreta de negocios y empleo. El Especial Andina PRODU 2025 aspira a mostrar el panorama para una real mancomunidad laboral en la industria de la región.
Tanto en cine como en televisión hay experiencias satisfactorias de producciones que se han hecho entre países y con equipos de cada nación, o con solo la de una en otro territorio. Productores, directores y ejecutivos dieron su punto de vista en el Especial PRODU 2025.
La mayor viabilidad a corto y medio plazo, y que hace desde hace varios años, es la coproducción cinematográfica entre países —por compatibilidad de lenguas, narrativas compartidas y marcos legales que facilitan incentivos—. Es por decirlo así, la vía más natural para articular recursos, talento y mercados entre países vecinos.
Permite combinar fondos públicos, productoras locales y las ventajas de incentivos fiscales o reembolsos, y genera demanda para técnicos de set, dirección de producción, postproducción y servicios creativos transnacionales. En muchos casos una coproducción consolida circuitos de distribución y festivales que benefician equipos técnicos y creativos de varios países simultáneamente.
Sin embargo, la deuda pendiente sigue siendo los últimos eslabones de esta cadena, que consiste de que estas películas logren tener buenos números en pantallas de varios países y que sea vendida tantos otros, con el fin de ser realmente rentable sin depender de los fondos públicos y privados. La buena noticia es que cada vez aparecen más ideas y posibilidades para cubrir esta falencia, una de estas el anuncio de la creación del Latam Film Market.
Los incentivos fiscales son determinantes para que produzca más y con mejor calidad en cada uno de los países. Colombia es hoy un referente en la región por sus instrumentos (cash rebate y créditos transferibles) que pueden cubrir porcentajes significativos del gasto local, incentivando a productoras extranjeras a contratar servicios y mano de obra locales.
Esto ha hecho que los equipos de ese país cada vez tengan una experiencia más grande al punto de que hoy en día, como se evidencia en este especial, varias de las producciones que las plataformas premium realizan en Colombia, son hechas por equipos con más del 90% de talento local. Este 13 y 14 de agosto PRODU hará dos Webinars sobre las oportunidades audiovisuales y servicios que hay en Colombia gracias a sus incentivos.

Basados en el ejemplo colombiano, Ecuador ha avanzado en los últimos años con certificados y normas técnicas que permiten emitir incentivos para atraer inversión extranjera en proyectos audiovisuales. Se avizora que en ese país crezca la industria con fuerza gracias a esos incentivos, sumado a su diversidad geográfica
En Perú el camino también ha ido acelerando: desde 2024-2025 se aprobaron iniciativas y marcos legales orientados a crear incentivos económicos y fiscales para el fomento de la actividad cinematográfica y audiovisual, con convocatorias públicas para estímulos y fondos que buscan descentralizar la producción. Para 2026 se espera que lancen oficialmente sus incentivos fiscales que amplíen la posibilidad de que productoras internacionales o regionales usen servicios peruanos y contraten equipos locales.
Más que competencia, entre la región andina se pueden convertir en aliados. Como varios de los expertos consultados, no es descabellado pensar que los incentivos de estos países se pudieran unificar de tal forma que fuera fácil aplicar a más de un incentivo al tiempo con miras a que los rodajes se hagan en varios países.
No conviene perder de vista la televisión (series, telenovelas, formatos de no ficción) como fuente de plazas técnicas y creativas más estables y recurrentes en la región.
La realidad es que es difícil que desde las plataformas premium se impulsen series rodadas en diferentes países andinos. Juega en contra aspectos como la diversidad de culturas y la diferencia entre los mercados, marcado por la diferencia poblacional.
No obstante, hay ejemplos que dejan claro que si hay ideas, se pueden hacer grandes producciones con locaciones en diferentes países de la región. Uno de los más destacables, de los que que se habla en este especial es La reina del sur 3, con los servicios de producción de AG Studios que se rodó en Colombia, Perú, Bolivia, México y Argentina.
Por su parte, el reality es en televisión la forma en que más común de trabajo colaborativo entre la región. Perú, Colombia y Bolivia han establecido hubs de producción para realities de todo el mundo, de tal manera que se hacen en una misma locación o estudio versiones diferentes del mismo formato.
En este Especial Andina PRODU 2025 también hay cabida para otros temas que están sucediendo en la región, como lo son el resurgir que poco a poco está pasa en el audiovisual de Venezuela.
Asimismo, se presenta la paradoja del cine colombiano, país que está haciendo el mayor número de películas de su historia, pero que al tiempo su público no está respondiendo en asistencia en las salas de cine. Integrantes de la industria en sus distintos sectores opinaron por qué está sucediendo.
En definitiva, el potencial de colaboración audiovisual en la región no se limita a sumar recursos: es una oportunidad para crear historias con mayor alcance, fortalecer el empleo técnico y creativo, y diversificar los modelos de negocio. Todo esto se explora en el Especial Andina PRODU 2025, que espera dar visibilidad a las diferentes compañías para abrir caminos hacia la colaboración.