Concebido originalmente como un espacio de divulgación para niños y adolescentes, Experimentores de Rayo en la Botella se convirtió en un fenómeno educativo en la televisión peruana con grandes posibilidades de exportación.

Conducido por Ricardo Morán, socio fundador y productor en Rayo en la Botella, el programa combina demostraciones científicas, experimentos en vivo y explicaciones sencillas de fenómenos complejos, todo dentro de una estructura televisiva ágil, con escenografía vistosa y ritmo de entretenimiento.

“Es un proyecto que me toca profundamente, yo soy un creyente absoluto de que la educación puede ser entretenido. No hay por qué sacrificar la diversión para aprender”.

El éxito Experimentores se explica en parte por su lenguaje visual y narrativo, pensado para competir con la oferta digital que consumen las audiencias más jóvenes.

Además, el programa ha logrado un alcance más allá de la TV: sus clips y demostraciones circulan ampliamente en redes sociales y plataformas educativas, multiplicando su impacto y convirtiéndose en material de apoyo para docentes. Morán lo considera un ejemplo de cómo un producto televisivo puede trascender la pantalla:

“Cuando un niño me escribe que hizo un experimento que vio en el programa y lo llevó a su colegio, ahí sé que estamos haciendo algo más que entretenimiento”.

EL ADN EDUCATIVO

Morán asegura que la vocación educativa no es un proyecto aislado dentro de Rayo en la Botella, sino un principio transversal: “No importa si es Yo soy, El gran chef: Famosos o una ficción siempre hay algo que el público se lleva, una idea, un valor, una forma de ver el mundo… eso es educación”.

La productora desarrolla talleres de ciencia, de canto, expresión corporal, improvisación o de cocina en sus instalaciones. Es una manera de conectar con las audiencias desde otros espacios fuera de la pantalla y lo digital. La escuela funciona desde 2014 y en 2016 se mudaron a un edificio de cinco pisos con 20 salones y 1.200 alumnos. Dos años después tenían cuatro series, tres en Lima y uno en provincias.

En 2017, Experimentores fue exportado a Argentina, estrenando 26 capítulos producidos por Rayo En La Botella para el canal público infantil PakaPaka. Ya tiene tres temporadas y Morán cree que el formato tiene posibilidades de viajar a otros territorios con la ciencia como lenguaje universal.

LA APUESTA DE LA FICCIÓN

Mientras muchos los conocen por sus realities de alto impacto como Yo soy y El gran chef: Famosos, Rayo En La Botella está levantando una apuesta sustancial en el terreno de la ficción. El año pasado rodaron Lady Nazca: una coproducción internacional sobre la arqueóloga María Reiche. “Hicimos la producción de la película franco-alemana Lady Nazca”, destaca la socia y fundadora Ana Roca-Rey. La película aborda la vida de María Reiche, la investigadora de las líneas de Nazca, y busca mostrar “la factura de la producción que se está haciendo en Perú con equipos peruanos”. Este proyecto marca una entrada fuerte en el cine internacional, posicionando al equipo técnico y creativo peruano en una narrativa histórica con proyección en festivales.

Otro proyecto que está en agenda es pitch es Carmen, escrito por Sebastián Martins. Se centra en una mujer viuda que decide volver a la universidad a los 70 años. Además, trabajan en Humanos Recursos: comedia de oficina con sátira tecnológica, y en la antología de terror folklórico andino y amazónico.

“El futuro de Rayo en la Botella va a ser tener una pata en señal abierta, una pata en ficción, tanto en streamers como en cine, y una pata educativa que va a tener talleres y que va a tener formación profesional”, comentó Morán.