Popeyes Chicken encendió la guerra de los sándwiches de pollo

En agosto, la cadena de restaurantes Popeyes lanzó su nuevo sándwich de pollo para ayudarlo a competir con Chick-fil-A, el líder del mercado en pollo de comida rápida. Pero en poco más de dos semanas acabó con las existencias, a pesar de que se suponía que el suministro duraría hasta finales de septiembre.
 
El plan de Popeyes funcionó muy bien la primera vez. Gracias a una disputa en Twitter con Chick-fil-A, que se volvió viral, Popeyes vendió hasta 1.000 sándwiches por día, según estimaciones de KeyBanc Capital Markets, esto implicó que la compañía tuvo su mejor trimestre en casi dos décadas, un crecimiento de ventas en la misma tienda de más del 10%. Los clientes que querían comparar el nuevo sándwich de pollo con el clásico de Chick-fil-A, informaron de largas colas dentro de los restaurantes y en el drive-thru.
 
El sándwich de pollo de Popeyes regresó a todo el país el domingo 3 de noviembre, considerado el Día Nacional del Sándwich. Para prepararse para la demanda, un franquiciado de Popeyes dijo que planeaba contratar a 400 empleados más, según un informe de Bloomberg.
 
Lo llamativo fue que Chick-fil-A promovió la celebración de la fecha, pero la cadena no abre el domingo, por lo cual debió enviar email disculpándose con sus clientes. Esto fue aprovechado por Popeye para burlarse de la cadena por Twitter diciendo: seriously… y’all good? @ChickfilA (en serio, ¿todo bien?).
 
Cuando Popeyes y Chick-fil-A experimentaban un aumento en tráfico, estaban robando clientes de otros restaurantes similares. Por ejemplo, el KFC de Yum Brands experimentó una caída promedio del tráfico diario de peatones del 12% entre el 12 y el 31 de agosto en comparación con el 22 de julio y el 11 de agosto, según datos de Gravy Analytics.