Édison Monroy | 9 de agosto de 2025
Guillermo Blanco, director general del LFM
El Latam Film Market (LFM) se presenta como un nuevo espacio para fortalecer la circulación de contenidos y la colaboración entre países latinoamericanos. Su primera versión será del 12 al 15 de agosto de 2026 en Bogotá.
Según Guillermo Blanco, su director general, aunque en el pasado ha habido intentos de trabajo conjunto, “las posibilidades concretas para que nuestras películas se vean entre países siguen siendo limitadas”. Sin embargo, ve un escenario propicio con una nueva generación de creadores, gestores y plataformas que piensan más allá de lo local.
“Si fortalecemos los lazos que ya existen y creamos mecanismos más claros para que los contenidos circulen, podríamos ver muy pronto una película ecuatoriana en salas chilenas, una colombiana en Bolivia, una peruana en México. Tenemos el talento y el deseo compartido; lo que viene ahora es construir las rutas para que ese viaje suceda”, explicó el ejecutivo.
La primera edición de LFM reunirá a representantes de 14 países iberoamericanos. El objetivo, en palabras de su director, es “enviar una señal clara: el cine iberoamericano está listo para conectarse desde adentro, generar acuerdos entre países hermanos y fortalecer una industria que funcione con sus propias audiencias, plataformas y dinámicas de negocio”. La meta es que de este encuentro surjan alianzas, acuerdos de distribución y rutas de exhibición regional.
Se espera que las productoras, distribuidoras, plataformas y talentos asistentes salgan de Bogotá con acuerdos concretos, estrenos proyectados y una convicción compartida: “el futuro del cine latinoamericano también se construye entre nosotros”.
Uno de los ejes del mercado será atraer inversión y visibilidad internacional. Para ello, la organización de LFM ha diseñado actividades como screenings curados, pitch sessions, encuentros uno a uno y foros sobre modelos de negocio en la región. También buscarán la conexión con marcas que integren el cine en campañas y narrativas transmedia, ampliando la vida de los proyectos más allá de las salas y hacia plataformas digitales e interactivas.
“Nuestra estrategia parte de una idea clave: mostrar que el cine latinoamericano no solo tiene historias potentes, sino también audiencias reales y mercados listos para crecer. Por eso estamos creando espacios específicos donde inversionistas y plataformas puedan descubrir proyectos con potencial comercial inmediato”, sostuvo Guillermo Blanco.
El director del LFM añade que que la propuesta también beneficiará a productoras emergentes, ayudándolas a alinear su identidad creativa con audiencias específicas y estrategias de sostenibilidad. El enfoque es “crear con estrategia” y comprender que comercializar no implica perder autenticidad, sino encontrar el mejor camino para que una historia viaje y se consolide.
Para el ejecutivo, no se trata solo de financiar contenidos, “sino de activar universos culturales que conecten con públicos diversos y generen valor desde múltiples frentes. Latinoamérica tiene hoy el talento, el impulso creativo y la capacidad de movilizar industrias. Lo que faltaba era una estructura clara. Y esa estructura ya empezó a tomar forma”.
El LFM se diferencia de otros mercados internacionales, según sus organizadores, por su estructura pensada desde la región y para la región. El evento contará con siete casas que abarcan todo el ciclo de vida de una película, un pabellón dedicado exclusivamente a la promoción y comercialización del cine latinoamericano y otro al talento escénico, enfocado en facilitar que actores y actrices trabajen en distintos países.
“Cuando compartimos el talento, compartimos también el relato, y eso nos permite conectar emocionalmente con otros públicos del continente. En los cuerpos y las voces de quienes interpretan, también se juega la integración regional”.
Para su director, el valor de esta iniciativa está en construir un mercado que entienda las necesidades locales y que reconozca a los países latinoamericanos como consumidores naturales de sus propias historias. “El Latam Film Market solo tiene sentido si lo construimos juntos”, concluye Blanco, convencido de que el futuro del cine latinoamericano se definirá a partir de la colaboración dentro de la región.