En Nadie los vio partir, un padre secuestra a sus hijos. Durante más de dos años, la madre vive la angustia y la incertidumbre de no saber si algún día los volverá a ver. Su sufrimiento se profundiza con el desconocimiento de saber cómo se encuentran y con el dolor de la separación. Es el castigo que su suegro y su esposo, y en general la comunidad de la que forma parte, le hacen pagar por su infidelidad. Es también el retrato de la implosión de una familia. Esta implosión ocurre en una comunidad judía, en México, durante los años 60. Es un mundo profundamente jerárquico, regido por normas familiares, sociales y religiosas rígidas, donde las apariencias y los acuerdos de poder pesan más que los afectos individuales. Sobre este tema conversaron con PRODU la directora y productora ejecutiva de la serie, Lucía Puenzo y la escritora de la novela, Tamara Trottner. Nadie nos vio partir estrena en Netflix este 15 de octubre.