
Andrés Losada, Regional Production Lead en PXP
Andrés Losada, Regional Production Lead en PXP, compartió con PRODU su visión sobre cómo la producción audiovisual dejó de ser un ejercicio meramente técnico para convertirse en un proceso integral que une estrategia, creatividad y eficiencia, con el reto de generar contenido que realmente conecte con las audiencias.
Por Andrés Losada, Regional Production Lead en PXP
Cuando hablamos de producción, solemos imaginar cámaras, luces, actores y sets. Pero el término abarca mucho más. Etimológicamente, producción viene del latín productio, que significa “llevar adelante” o “hacer aparecer”. En esencia, es el acto de crear. En el mundo contemporáneo, esto se traduce en la producción de ideas, experiencias y narrativas que conectan a las marcas con sus audiencias, y cuando esa producción tiene intención comercial o comunicativa, hablamos de producción de contenido, un universo que va más allá de lo audiovisual.
En PXP entendemos la producción como una especialización que conjuga estrategia, creatividad y ejecución técnica. Lo diferencial de nuestra propuesta es que controlamos todo el proceso internamente —preproducción, producción y posproducción— lo que garantiza coherencia y calidad de principio a fin, trabajando con talento diverso.
Un gran reto de esta industria es que las marcas necesitan más contenido que nunca. No es una tendencia, es una realidad: deben conectar con audiencias fragmentadas y exigentes, con piezas personalizadas y adaptadas a cada plataforma. Hoy se deben producir decenas de contenidos para redes, medios ATL y otros canales, en distintos formatos y duraciones. El desafío es ser eficientes sin perder calidad ni creatividad.
Aquí es donde entra un factor diferencial: la capacidad de pensar como productores y como estrategas de contenido. No somos solo operativos, también somos parte del pensamiento detrás del mensaje. Eso implica decirle a las marcas, con argumentos, cuándo algo no va a funcionar; cuestionar si un video de cinco minutos tendrá sentido para la audiencia o si, por el contrario, un contenido breve debe expandirse para generar mayor impacto. Aunque lo que hacemos roza lo artístico, producir contenido no es hacer arte: es cumplir objetivos de negocio, vender, conectar, posicionar.
Los errores son parte del aprendizaje. Uno de los más comunes y costosos es decir que sí a todo por miedo a perder un proyecto. Si no es viable por presupuesto o tiempo, es preferible proponer alternativas realistas. Otro error es producir más de lo necesario, con escenas o versiones que nunca se usarán. Ese exceso impacta la eficiencia y la rentabilidad. También hay fallas logísticas derivadas de la planeación: modelos que no lucen como en el casting, productos no listos o propuestas estéticas mal definidas.
En PXP, los aciertos responden a una estructura clara: planeación sólida, integración con creatividad y medios, y talento interdisciplinario que conecta todas las etapas. No producimos por producir; producimos con propósito, con foco en el retorno de inversión del cliente.
Además, hemos incorporado la sostenibilidad en nuestra operación. Eliminamos la carne roja en los catering, reducimos plásticos de un solo uso, digitalizamos los guiones y priorizamos equipos energéticamente eficientes. Incluso contamos con una herramienta para medir la huella de carbono de cada producción.
La pregunta que guía nuestro trabajo es simple: ¿esto que vamos a producir realmente conecta? Ese es el criterio que define si el contenido entretiene, emociona y, sobre todo, cumple el objetivo.
En síntesis, la producción de contenido hoy exige un balance entre creatividad, estrategia, técnica y conciencia social.