
Checha Agost Carreño, Founder & Chief Creative Officer de Founders
En los últimos años venimos viendo una aceleración en la caída del negocio. Y probablemente lo vamos a seguir sufriendo.
Todos los días vemos en los medios publicitarios noticias que confirman esta tendencia. Vemos cómo los líderes de los grandes conglomerados -que por ahora siguen rigiendo y dominando la industria— se retiran o se van a retirar pronto por falta de soluciones para sus clientes.
Estamos siendo testigos de grandes fusiones de redes, que necesitan generar “eficiencias” para sobrevivir. También estamos siendo testigos de presupuestos que se van a Influencers, Content Creators, etc. Y por algo será.
¿Será tal vez que nuestra industria está perdiendo la credibilidad y efectividad que tuvo durante tantos años? Tengo una hipótesis que me gustaría compartirte sobre cuál es, a mi entender, la principal razón de esta crisis de identidad.
Los festivales publicitarios siempre han tenido una influencia notable en este negocio. Influyen en el prestigio de las agencias, en las carreras de los CMOs que ganan premios, influyen en el caudal de trabajo de la productora, por nombrar algunos players. A todos nos ha cambiado la carrera de alguna manera. Pero siento que en los últimos 4 o 5 años, esos mismos festivales están perdiendo su valor, y en consecuencia su influencia.
Y si te pones a pensar en la razón principal, yo diría que es el foco que los festivales y sus jurados están poniendo en lo que merece una estatuilla y en lo que no. En la división entre winners y losers.
Cuando uno mira lo que se premia, te das cuenta de que la mayoría de las ideas tienen la misma estructura:
1. El mundo en que vivimos…(Problema)
2. Entonces vinimos nosotros que somos creativos…(Solución).
3. Y nos fue de puta madre (Resultados de PR y algunos números). Además de estandarizar un modelo de efectividad, lo que nos pasa es que cuando volvemos de los festivales, la realidad es muy diferente.
Nos esperan clientes que tienen objetivos comerciales concretos (que por supuesto pueden alcanzarse a través de ideas que impacten de alguna manera en la cultura). Y esos objetivos de la vida real están muy alejados de esa estructura de “ideas que vienen a salvar el mundo”. No digo con esto que no podamos hacer ideas que contribuyan a un mundo mejor. Ni que haya que hacer ideas hard sell. Pero el problema es cuando esas ideas se convierten en el único modelo a seguir, aplaudir e imitar.
A mi no me preocupa la llegada de la AI. Me preocupa que los recursos, la energía, los presupuestos y la brújula estén puestos en consolidar un modelo que está destruyendo la industria. Pero pienso (y soy optimista a morir) que todavía estamos a tiempo de pegar el “volantazo” que necesitamos para que todo el talento de esta industria se enfoque en traer a la mesa soluciones creativas, originales, frescas, disruptivas, incluso tecnológicas para que las marcas de las compañías, para las cuales trabajamos, puedan tener la chance de defenderse y conquistar los mercados, en las categorías en las que participan.
Estoy convencido de que la Creatividad es un multiplicador económico y es muy poderosa para poder conectar entre los seres humanos. Hoy más que nunca.
Por:
Checha Agost Carreño
Founder & Chief Creative Officer
Founders