En un momento cargado de emoción, el joven prodigio del ajedrez argentino, Faustino Oro, protagonizó un partido memorable en las oficinas de Mercado Libre, enfrentándose simultáneamente a 20 empleados fanáticos del ajedrez. El evento, que marcó el inicio oficial de su patrocinio por parte de la compañía, fue una muestra palpable de cómo el talento, la concentración y la humildad pueden inspirar a toda una organización. Jugando contra los mejores puntajes internos, Faustino reafirmó su lugar como promesa mundial y dejó una huella imborrable entre quienes compartieron tablero con él.