
Año de casados es uno de los 10 cortometrajes que representan al CCC en el Festival de Morelia
El Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) mantiene su destacada presencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) con la participación de cortometrajes de sus estudiantes y egresados, que abordan desde la memoria personal hasta la exploración de estructuras sociales y familiares. Entre ellos, destacan Año de casados de Pablo Camargo y Casa chica de Lau Charles, ambos parte de esta selección dentro del festival.
Para Pablo Camargo, estudiante de segundo año del CCC, su corto Año de casados surgió de una exploración íntima sobre el matrimonio de sus padres, donde decidió abordar el desgaste emocional y social a través del lente, usando el horror simbólico.
“Quería hablar de esa estructura del matrimonio y el límite al que puede llegar. En el caso de mis padres, las bases de lo que disolvió su relación ya estaban desde que se casaron, en 1991”, explica Camargo. Aclara que no busca hacer una obra panfletaria, sino contar una historia íntima que es también colectiva.

Inspirado en los relatos de Amparo Dávila, el cineasta transforma una experiencia familiar en una reflexión visual. Allí están los mandatos sociales del matrimonio, la conformidad de los 90 y la imposición de roles de género. “Como hombre homosexual, me preguntaba dónde entro en esa ecuación”, comentó. Ello, frente a la premisa de que casarse parece ser el fin de realización de toda persona. “El horror del corto es el horror que me producen esas estructuras”, afirmó.
Filmado en 35 mm, Año de casados combina rigor técnico y una atmósfera perturbadora. Camargo recordó que en México, hay nueve mujeres asesinadas al día. Aunque en el caso de sus padres, aclara que no hubo maltrato físico, sí hubo expectativas por cumplir.
Comentó que usar el género de horror, para expresar el horror de tener que cumplir como el hombre proveedor heterosexual que no puede expresar sentimientos, y el de la mujer, que debe ser la proveedora emocional de la familia, y el soporte y columna del hombre.
Por su parte, Lau Charles, quien se gradúa del CCC con Casa chica, construye una ficción que se mueve entre la memoria y la imaginación. Inspirada en su historia familiar, la cineasta revisita el descubrimiento de una media hermana y la manera en que cada miembro recuerda ese episodio desde lugares distintos. “Era evidente cómo una misma herida familiar tenía distintas versiones. Quise explorarlo desde la mirada de los niños y las niñas”, explica Charles.

Con una puesta en escena que combina improvisación y juego actoral, Casa chica logra mantener la atención del espectador a través de una narrativa sensible y visualmente contenida.
“Mis asesores me decían que quitara a la niña para concentrarme en el niño, pero decidimos mantener las dos perspectivas. Era importante para mí sostener esa doble mirada”, recuerda.

Además de estos dos títulos, la selección del CCC en Morelia incluye cortos como Era más grande la tierra de Carlos Pineda, Malos tiempos de Carina Mira, Gasolina de Víctor Duarte, Persona a persona de Ricardo Schott, Domingo familiar de Gerardo del Razo, 5 pasos (Para una despedida) de Julio Rubio y La infalible (y otros éxitos) de Daniel Carrera, entre otros.
Con esta nueva generación, el CCC reafirma su papel como semillero de cineastas que narran desde lo íntimo y lo político, explorando formas de representación que dialogan con su tiempo.