
Mónica Vargas, productora ejecutiva de Cada minuto cuenta para Prime Video, cuenta los retos que tuvo esta producción realizada con virtual production
Para Mónica Vargas, productora ejecutiva de Cada minuto cuenta, oscurecer aún más el set virtual, sumar nuevas locaciones -tanto virtuales como presenciales- y trabajar con muchas más personas, fueron de los principales retos de la segunda temporada que estrena este 12 de septiembre en Prime Video. Además, el trabajo con virtual production siempre es un reto, porque “la tecnología no tiene palabra”, afirma.
Esta segunda y última temporada de Cada minuto cuenta, narra los eventos tras el terremoto de 1985. Inicia al día siguiente del punto de partida de la primera temporada (el 20 de septiembre) cuando tiene lugar una muy fuerte réplica que agravó los daños y causó mayor muerte y destrucción. El estreno tiene lugar justo en el 40 aniversario del terremoto.
La serie es una producción de Amazon Studios y Traziende Films. Con Mónica Vargas, trabajaron en la producción ejecutiva Juan Manuel Borbolla y Leonardo Zimbrón.
Mónica Vargas es socia fundadora y directora general de Traziende Films.
Como la réplica ocurre de noche, reproducir la situación debajo de los escombros (que ya es oscuro), sumando la noche, fue un reto para el equipo. “Lograr cambiar los candados de iluminación, al tener que oscurecer tanto la pantalla como el set físico, fue complicado. Tenemos que tener injerencia en las luces y las luces vienen de un lugar que puede ser la boca de los actores, o entradas muy pequeña. Tenemos que ver a los actores y tenemos que ver a la pantalla. Entonces, fueron retos muy importantes”, dijo, tras apuntar que a nivel técnico, la noche suele ser terrorífica desde el punto de vista de la producción, pues “las luces que hay dentro de los derrumbes y dentro de los escombros, así como en la calle, son muchísimo menores”.
Desde el punto de vista narrativo, la construcción de los guiones fue más doloroso. “Esta segunda temporada narra la réplica que sucedió el día siguiente en la noche, cuando ya estaban derrumbados muchos edificios y otros estaban a punto de derrumbarse, y que se terminaron de derrumbar con la réplica. En muchos de ellos, en la gran mayoría, había personas vivas”, dijo Vargas.
Trabajar en “el arenero” (el espacio físico donde están los actores) tampoco fue sencillo. No lo fue para los actores -pues implicó trabajar en espacios reducidos y con movilidad reducida- ni desde el punto de vista de producción, por los lugares en los cuales hubo que poner las cámaras, el uso del tiempo (y el cuidado del presupuesto), pero también desde el punto de vista del riesgo. Además, para lograr el blending correcto, con el fin de que no se note dónde termina la pantalla y donde comienza el set físico.
La segunda temporada suma nuevos espacios a la historia. Se trata del edificio de la Conalep, distintos espacios de Tlatelolco y el hospital general, éste último desde un punto de vista diferente al de la primera temporada. Todos estos espacios tuvieron que construirse para la producción virtual.
Ello implicó crear maquetas gigantes, que son réplicas hiperrealistas de los edificios tras el terremoto, trabajo de Daniela Schneider y Daniela Gallo, “que con su equipo de maquetistas hicieron un trabajo impecable y muy meticuloso”, explicó Vargas.
Estas maquetas se escanearon a altísima resolución con millones de fotografías, que permiten acercar, alejar y poder “estar” en ese set, usando el espacio desde cualquier ángulo, sin perder calidad.
“Después que tenemos las maquetas escaneadas, entran en el departamento de arte virtual, donde el diseño de producción, fotografía y dirección deciden los planos para la filmación, y dónde se van a ubicar los actores. Luego se mete al sistema (Unreal Engine) y que es donde ocurre la magia”, explicó Mónica Vargas.
A su vez, escoger los espacios físicos donde tiene lugar la acción, también tuvo sus retos, sobre todo por el cuidado de la época y contemplar la situación de desastre junto a la cantidad de personas, pues es el momento en el que ocurren las protestas y la movilización de la sociedad civil, luego del terremoto.
“Hubo que decidir dónde ponemos los centros hospitalarios, a dónde llevan a los damnificados, dónde van los muertos. Qué pasaba en presidencia, qué ocurría con los medios de comunicación social, y en estos otros ambientes”.
Explicó Mónica Vargas que se filmó en plena época de lluvias, lo que complicó mucho la situación de la producción.
Explicó Mónica Vargas que esta segunda, y última temporada, es de alguna manera el cierre y la conclusión de un tema doloroso, pero que dejó muchos aprendizajes, a México.
“Nos interesa mucho en esta temporada narrar qué hizo la sociedad civil, y qué cambios tuvieron lugar a nivel de organización en México. Vino una infraestructura diferente y grupos de protección civil. En el terremoto de 1985 nacieron los topos, que son estos grupos de rescate y búsqueda. Se organizaron los puntos de reunión. Cambió la manera en que se comunican la catástrofes, se abren las fronteras y se pide ayuda. El 85 trajo logros muy importantes que se muestran en la serie”, explicó Vargas.
Por ello, en este temporada trabajan con muchos extras. También debieron contener o cerrar espacios más grandes. “Esta segunda temporada es muy multitudinaria”, agregó.
“Los humanos somos más fuertes cuando nos unimos, y eso es lo que cuenta esta temporada. Cuando tenemos esta capacidad de resiliencia, de apoyo, de solidaridad, que en México lo tenemos y lo hemos demostrado muchas veces. México es un gran país que se une, que se apoya y que es solidario. Es un final muy esperanzador, alentador y súper bonito. De muchísima gratitud a toda esa gente que colaboró y ayudó en ese terremoto”, dijo.
Manifestó su agradecimiento a Amazon Prime Video, por atreverse a hacer esta inversión, e incluir a gente muy capacitada. “Para nosotros ha sido un gran aprendizaje. Tuve la oportunidad de ser pionera y de ejecutar este proyecto a una gran escala, además de aprender cómo funciona el virtual production”, comentó.
Se despidió recordando a Moisés Urquidi (hermano de Ana Celia Urquidi) y director de algunos de los capítulos, quien murió antes de poder disfrutar este estreno. Por ello, le dedican esta temporada.
Jorge Michel Grau y Fernando Urdapilleta son los otros directores de la serie, con la actuación de Osvaldo Benavides, Maya Zapata, Antonio de la Vega, Gerardo Trejoluna, Miriam Balderas, Jesús Zavala, Azalia Ortiz, Lucila Olalde, Luis Fernando Peña.
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