
Adriana Castillo y Rosa María Peral de EGEDA México
La propiedad intelectual, la protección de obras y la vinculación con otros sectores económicos como el turismo son ejes clave del trabajo que realiza EGEDA México (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), que busca generar conciencia entre productores consolidados y emergentes sobre el valor a largo plazo de su trabajo.
“Como productor, la propiedad intelectual es tu materia. Hay que cuidarla, y eso implica tener todos los contratos vigentes y registrar tu obra”, explicó Adriana Castillo, gerente de Relaciones Institucionales de EGEDA México. La ejecutiva participó en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), donde destacó que la vida útil de una producción no se limita a su estreno. “La obra no se termina una vez que salió en cine o en alguna plataforma; puede tener vigencia de 20 a 100 años”, añadió.
En tanto, Rosa María Peral, socia fundadora de EGEDA y también productora, señaló que muchos productores aún desconocen el valor real de sus derechos: “Una producción audiovisual es una vida. Incluso se hereda. Son derechos patrimoniales porque te corresponden toda tu vida. Es un patrimonio y hay que protegerlo.”
Para ambas ejecutivas, la formación y la construcción de comunidad entre productores es esencial: “Queremos que los nuevos creadores entiendan sus derechos y obligaciones. Por eso hacemos actividades de formación y generamos espacios de encuentro”, dijo Castillo.
La entidad trabaja en distintos frentes. A través de EGEDA Academia, ofrece formación gratuita y continua en temas clave para la producción, y recientemente realizó el Foro EGEDA México de Economía y Audiovisual: “Nos interesa poner sobre la mesa el vínculo entre economía, turismo y audiovisual. Si se trabaja de forma coherente, México puede aportar mucho más”, explicó Castillo.
Peral añadió que México necesita reforzar su estructura de apoyos: “En América Latina y España hay incentivos muy interesantes. En México solo tenemos el FOCINE, con presupuesto limitado. Hay fuga de talentos y de capital. México fue la cuna de producción en Iberoamérica y ahora se nos está yendo gente a Colombia o España”.
“Queremos que el gobierno nos voltee a ver para seguir incentivando la industria. No hay trabajo para muchos egresados de cine, ni para técnicos ni actores”, advirtió Peral. La situación, dijeron, no solo afecta a la producción nacional sino al ecosistema que la rodea.
También señalaron la necesidad de promover a México como destino de filmaciones para atraer inversión internacional: “Además de crear conciencia en el gobierno, necesitamos inversión pública, reciprocidad y visibilidad para que se venga a producir aquí”, indicó Peral.
Ambas voceras coincidieron en que el cine también puede potenciar el turismo y reforzar la identidad cultural: “Si trabajas economía, turismo y audiovisual, lo que está de por medio es la cultura del país, y eso es lo que nos interesa”, apuntó Castillo.
“El turismo cinematográfico es una tendencia. Lo que pasó con Spectre y el Día de Muertos, o con la casa de Roma, que hoy es visitada por gente de todo el mundo, demuestra el poder que tiene el cine”, concluyó Peral.
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