Alejandro Díaz y César González de Hasan Estudio
El diseño sonoro de la película mexicana No nos moverán, dirigida por Pierre Saint Martín Castellanos, se convirtió en un ejemplo de trabajo artesanal que atrajo la atención de la industria internacional. El proyecto de audio, nominado en diversos festivales, fue desarrollado en Hasan Estudio, un espacio ubicado en la colonia Narvarte de Ciudad de México, que se ha consolidado como un referente en producción de audio para cine y televisión.
Durante una visita al estudio, Alejandro Díaz, diseñador sonoro y César González, mixer del filme dentro de Hasan, ofrecieron detalles de lo que fue este trabajo y las herramientas que utilizaron para lograrlo.
“El diseño sonoro debe ser un proceso largo y detallado. Aquí hacemos edición de diálogos, ambientes, efectos y foley, y luego arrancamos un proceso de revisión junto al director que se vuelve fundamental para la narrativa de la película”, comentó González.
La cinta destacó por un abordaje único y detallado: “Esta película fue hecha de manera muy artesanal. Grabamos los foley en casas reales, con los mismos pisos, cocinas y texturas que se veían en pantalla. Fue un acto de recreación y búsqueda constante para lograr un resultado auténtico”, explicó Díaz.
González añadió que este tipo de decisiones abrieron una ruta creativa distinta: “Muchas producciones invierten en plugins y software, pero nosotros nos enfocamos en la acústica, en la calibración y en el monitoreo.
La acústica es la inversión menos visible, pero la que más impacto tiene en el resultado final”.
Hasan Estudio cuenta con una sala Dolby Atmos construida para simular la experiencia de cine, con bocinas detrás de la pantalla y altavoces elevados: “Pensamos esta sala para que la traslación hacia la pantalla grande fuera lo más fiel posible”, señaló Díaz.
Hasan Estudio utiliza monitores JBL 7 Series para el monitoreo de mezcla, un sistema que los diseñadores consideran clave:
“Es un monitor muy parecido al cine”, explicó González, haciendo referencia al estándar profesional que brinda precisión en las frecuencias. Esa línea de parlantes JBL Professional es reconocida por su capacidad de entregar claridad, escenario sonoro amplio y fidelidad en diferentes formatos (estéreo, surround, inmersivo).
En micrófonos y herramientas de grabación para foley y ambientes, el estudio menciona que emplearon Sennheiser, además de micrófonos NJ y otras unidades dedicadas para capturar sonidos con detalle en interiores y exteriores “Utilizamos grabadoras Sound Devices y micrófonos Sennheiser para lograr la textura real de cada ambiente”, explico Díaz.
También trabajaron con un equipo de ingeniería acústica conformado por profesionales como Carolina Antón, partner de Dolby en México, quien participó en la calibración de la sala, aspecto fundamental para que la traslación del sonido en estudio funcione correctamente en salas de cine.
El trabajo en No nos moverán requirió 250 horas de revisiones junto al director, quien en todo momento puso su ojo clínico para que el trabajo final fuera exactamente como lo pensó: “Pierre es un cineasta que exprime hasta la última gota de creatividad. Cada revisión se convertía en un baño de ideas que llevaban a un mejor resultado”, recordó Díaz.
“Una idea del director, otra de los editores o de nosotros mismos, siempre desembocaba en algo que enriquecía la narrativa sonora.
Así logramos un resultado que nos deja muy satisfechos y que confirma el valor de apostar por procesos artesanales”, concluyeron.