
Dago García (Caracol Televisión), Ángela Suárez (TIS), Mauricio Romero (Gente que hace cine), Laura Villegas (Warner Bros.Discovery) y Andrés Vargas (Dynamo)
Uno de los paneles con más afluencia de público en la primera jornada del BAM 2025, este 15 de julio, fue el que se título Colombia, fuente de grandes historias. En el conversatorio, que se hizo en formato podcast para el programa Gente que hace cine, participaron Dago García (Caracol Televisión), Ángela Suárez (TIS) y Andrés Vargas (Dynamo), moderados por Laura Villegas (Warner Bros.Discovery).
Entre varios temas que abordaron, el principal fue por qué las historias que se producen en Colombia tienen la capacidad de enamorar a las audiencias no solo nacionales, sino de todo el mundo, algo que ha sucedido desde antes de la época de las plataformas y que en la actualidad se ha potenciado aún más.
Una respuesta implica la génesis de la televisión misma en Colombia. Dago Garcia explicó que la TV en 1954 surgió como algo público y luego se convirtió en un modelo mixto, público-privado, lo que derivó en que siempre hubo competencia entre compañías y no un monopolio como en otras naciones.
“Nosotros para poder competir y ganarle la batalla a la competencia, teníamos que buscar patrones identificables con la realidad inmediata”, sostuvo y añadió que esa es otra cualidad que se mantiene en las producciones colombianas: historias en sincronía con su tiempo, en las que los personajes actúan y toman decisiones como las personas de su época, y eso genera identificación.
Un ejemplo a la inversa es La primera vez, primera franquicia colombiana de Netflix, con tres temporadas realizadas por Caracol Televisión. La historia se sitúa en los años 70 y juega con esa nostalgia, además retrata temas muy actuales como la inclusión. A esto se suman asuntos universales como el amor y la amistad.
“Nuestros personajes son súper contemporáneos de hoy en día, fácilmente identificables y eso es un logro de la televisión colombiana”, argumentó.
En esto coincidió Andrés Vargas, que puso como ejemplo El robo del siglo, de Dynamo, que en Netflix estuvo entre lo más visto de la plataforma a nivel global: “La historia era muy colombiana pero tenía algo como el robo que es universal. Por eso a todo el mundo le atrae, no importa dónde haya pasado, y más si es de gente común y corriente”.
Ángela Suárez dijo que no necesariamente hay que proponerse ser globales, sino que en el simple hecho de hablar de las complejidades humanas locales, hay potencial de llegar al mundo entero, como sucedió con Medusa, fenómeno de Netflix en este 2025 y que fue realizada por TIS:
“Decíamos ‘qué le vieron a esos barranquilleros peleando por la fortuna familiar’, pero es que todas las familias pelean por las fortunas familiares y cada familia, la turca, la rusa, la yugoslava habla en su acento local. Entonces, no te lo propongas, hazle espejo a lo local y habla de esa complejidad”.
Siguiendo con la teoría de Dago García basada en la competencia que siempre existió en la televisión colombiana, para agradar al público las productoras del país siempre buscaron innovar con sus historias y esto se ha mantenido hasta el día de hoy.
La líder de TIS, añadió que esta condición también se extiende a la forma de producir las historias. “Siempre buscamos superarnos a nosotros mismos, para que nunca sea fácil”.
Otra característica clave que tienen la gran mayoría de las historias en Colombia es el humor, sin importar el género. “Si usted revisa el listado de grandes éxitos que hemos tenido, siempre están atravesados por una dosis de humor, desde las series históricas hasta las series narcos, melodramas hasta cualquier tipo de producto”, mencionó Dago García.
En el panel se reflexionó que por las dinámicas de la industria, en Colombia en la actualidad el cliente primario ya no es el público sino la plataforma. Esto ha generado una cocreación de las producciones, que hasta el momento ha tenido buenos resultados.
No obstante, en palabras de Dago, también cambió el paradigma dramatúrgico: lo importante antes era cómo va a terminar la historia y toda la escritura se hacía la estructura clásica dependiendo de eso para plantear un conflicto y los puntos de giro. Hoy en día la pregunta es qué va a pasar ahora”.
Esto se relaciona, según Andrés Vargas con la lucha por la atención del público, en un mundo donde se pelea cada vez con más contrincantes. “Todo cambió y hoy en día las plataformas también están buscando socios estratégicos que les ayuden a armar esquemas distintos para poder producir, eh contenidos también de una forma más eficiente y con presupuestos más locales”, resaltó.
Aunque las reglas del juego han cambiado con la irrupción de las plataformas, la televisión y la producción audiovisual colombiana mantienen su esencia: historias cercanas, personajes reales, innovación constante y una profunda conexión con el momento que vive el país. Esa autenticidad, sumada a una tradición de competencia creativa y técnica, sigue posicionando a Colombia como una fuente inagotable de narrativas potentes, capaces de resonar en cualquier parte del mundo.