
Sebastián Barrios (director operativo) y Marco Reynoso (CEO) de Heskil Sutdio
Con sede en Guadalajara, el equipo de Heskil Studio trabaja para posicionar a México como un país capaz de generar propiedad intelectual en videojuegos y experiencias digitales de alto nivel. A través de un modelo híbrido entre servicios y desarrollo propio, Sebastián Barrios (director operativo) y Marco Reynoso (CEO) han construido una empresa con base en trabajo técnico, networking y reinversión estratégica.
Durante su participación en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, la compañía presentó el corto Deepression, que aborda el tema de la depresión. En entrevista, los fundadores compartieron su experiencia para levantar un estudio funcional en un entorno que, reconocen, aún carece de una infraestructura sólida para apoyar nuevas IP. Coinciden en que la industria requiere profesionalización, más prototipos funcionales y un cambio de mentalidad para acceder a capital.
“Este es mi quinto intento de empresa”, dijo Reynoso. “Nos metimos en una incubadora en Guadalajara, salimos seleccionados por el clúster de videojuegos y llevamos casi tres años dedicándonos al work for hire de arte para videojuegos”.
Para ello, la clave está en elevar la calidad del trabajo y saber presentarlo. “No basta con una buena idea o un pitch”, señaló añadió el CEO. “Hay que tener un teaser, un vertical slice, algo jugable que demuestre que vas en serio. Eso marca la diferencia ante inversionistas”.
Añadieron que actualmente trabajan en un cortometraje en realidad virtual, un híbrido entre animación y videojuego que aborda la prevención del suicidio, llamado Deepression. El proyecto, planeado para estrenarse en 2026, busca generar impacto social y emocionar a través de una narrativa inmersiva: “Queremos asociarnos con expertos en salud mental”, dijo Barrios. “No es solo entretenimiento, queremos que funcione como una herramienta”.
El corto está siendo desarrollado con Unreal Engine 5 y para la plataforma Meta Quest 3, luego de haber migrado desde Quest 2. El equipo busca lograr estándares internacionales que les permitan exhibirlo en festivales de Europa.
Ambos reconocen que en México hay talento, pero aún se desarrollan pocas IP originales: “Solo el sureste de Francia lanza 950 IPs al año. Todo México no llega a 50”, afirmó Reynoso. Por eso, llaman a productores y creadores a dejar de lado solo la maquila y apostar por contenido propio.
Ven en los incentivos de Jalisco, como los que ofrece Creativa, una de las pocas vías reales de apoyo. Sin embargo, aseguran que el verdadero motor es el capital privado y la creación de redes de contacto: “Hay que ir a conferencias, pero también a las fiestas, ahí es donde se conecta”, dijo Barrios.
Heskil también colabora con agencias de publicidad que apuestan por experiencias interactivas: “El videojuego ya es el nuevo cine”, afirman. Usan motores en tiempo real, partículas con Houdini y render directo en Unreal. Han trabajado con marcas, museos y desarrollos interactivos que conectan con públicos más allá del gamer tradicional.
Actualmente, desarrollan cuatro proyectos propios y siguen ofreciendo servicios a terceros. Parte de su visión es crear un ecosistema más inclusivo para las nuevas generaciones: “Hemos recibido ayuda y también la estamos dando. Preferimos invertir en jóvenes talentos que necesitan una oportunidad”, expresaron.
Coinciden en que para escalar la industria es clave pensar en comunidad: “Si un proyecto recibe incentivos, que invierta en más gente, no solo en su equipo base”, concluyeron.
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