
OLA Media traslada el BTL al interior del vehículo con experiencias In-Car que conectan desde lo sensorial hasta lo interactivo
El tiempo en tránsito se ha convertido en uno de los espacios de mayor atención para las audiencias. En promedio, un trayecto en rideshare dura 32 minutos, un momento que los pasajeros utilizan para desconectarse, consumir contenido, avanzar pendientes o simplemente hacer una pausa en su rutina. En ese contexto, OLA Media está activando campañas BTL dentro de plataformas de rideshare a través de In-Car Experiences, trasladando las experiencias de marca al interior de los vehículos y abriendo una nueva forma de conectar con los consumidores.
Lo que antes se expresaba en espectaculares o activaciones urbanas, hoy también se vive dentro del auto mediante experiencias inmersivas que combinan estímulos sensoriales e interactivos. Este movimiento se alinea con una tendencia global: el mercado de plataformas de publicidad In-Car alcanzó un valor estimado de 1.96 mil millones de dólares en 2024 y mantiene un crecimiento proyectado superior al 16% anual hacia 2033, confirmando a la movilidad como un nuevo territorio estratégico para el BTL y la publicidad exterior.
Las cifras locales refuerzan esta oportunidad. De acuerdo con el Ranking 2024 de TomTom, Ciudad de México se posiciona como la ciudad con mayor nivel de congestión vehicular a nivel global y ocupa el tercer lugar en horas perdidas en tránsito al año. Este escenario convierte a los trayectos urbanos en espacios de permanencia prolongada, cerrados, digitalizados y con menos distracciones, ideales para generar experiencias de marca más profundas.
Bajo este contexto, OLA Media está redefiniendo el BTL al llevar la creatividad directamente al trayecto. Las In-Car Experiences permiten que las marcas formen parte del recorrido cotidiano de las personas, transformando el auto en un punto de contacto donde la tecnología, los datos y la emoción se integran para generar conexiones más memorables.
En este nuevo formato, las ideas se mueven con las personas. Durante 2025, diversas marcas han comenzado a integrar el entorno In-Car dentro de sus estrategias de publicidad exterior, trasladando sus mensajes al interior de los vehículos de rideshare.
Glade es uno de los casos destacados. Para impulsar su línea de fragancias de Edición Limitada, OLA Media desarrolló una activación inspirada en la temporada navideña que convirtió los trayectos urbanos en una experiencia sensorial. La acción incluyó displays físicos para la prueba de producto, fundas y cojines brandeados, así como contenido en tablet vinculado a los canales digitales de compra de la marca, creando un entorno coherente con el mensaje de hogar y calidez.
Este tipo de experiencias multisensoriales permite potenciar la recordación de marca y la prueba del producto en un entorno de baja saturación publicitaria, facilitando la construcción de conexiones emocionales con los pasajeros.
Otro ejemplo es Sprite, que acompañó a los usuarios que se trasladaban en rideshare hacia el festival Coca-Cola Flow Fest. La activación combinó sampling físico con un portal de marca dentro de las pantallas de OLA Media, que otorgaba acceso a Wi-Fi gratuito durante todo el trayecto, transformando un viaje cotidiano en una experiencia participativa y cercana.
En este caso, la recolección de first-party data de forma directa y consentida, a través del servicio de HotSpot Internet, permitió medir la interacción, el tiempo de exposición y generar insights accionables para optimizar mensajes y futuras campañas.
El marketing sensorial marca hoy el rumbo del BTL. Integrar estímulos visuales, auditivos y olfativos dentro del entorno móvil permite que las marcas se integren al trayecto de forma natural, acompañando a las personas en momentos de atención real.
Gracias a la tecnología, la geolocalización y el uso de datos, los contenidos pueden adaptarse al contexto del viaje, a la hora del día o incluso a la ruta, generando experiencias dinámicas y relevantes. Así, las calles y los vehículos dejan de ser escenarios estáticos para convertirse en un ecosistema publicitario vivo.
En un espacio íntimo como el interior de un auto, el mensaje adquiere otro ritmo y otra intención. La creatividad entra al trayecto para acompañar, entretener e inspirar. Y en ese movimiento, el BTL encuentra una nueva forma de dejar huella.
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