La figura del showrunner ha cobrado fuerza en la industria audiovisual y con ella voces como la de José Ignacio Valenzuela, conocido como “Chascas”. El escritor y creador habló en entrevista, en el marco de Iberseries Platino & Industria, sobre el rol que ocupa esta función dentro de las series, su evolución y la forma en la que él mismo se ha consolidado en este cargo.
Para Chascas, showrunner es un concepto que siempre existió, pero que solo hasta hace algunos años recibió un nombre y una definición clara: “Ha sido divertido e interesante ver la irrupción de esta figura como concepto, que es una profesión, que se ha realizado durante toda la vida, pero no había título para ello”, señaló.
En su caso, asumió esta posición de manera natural al crear una serie y ejercer como productor ejecutivo: “Mi primer paso como showrunner fue contestar preguntas del equipo, actores, director, vestuario, escenografía, música, edición”, recordó.
LAS CLAVES DEL SHOWRUNNER
Con ocho años de experiencia en este rol, Valenzuela ha identificado elementos esenciales para liderar proyectos: “No puede tener un ego, tiene que entender que él es parte de una cadena y que eso que va a salir al aire no es exclusivamente su trabajo, sino que él es un eslabón de una cadena del que otros también forman parte”, aseguró.
El escritor también destacó la importancia de mantener la visión original: “Cuando un showrunner empieza a traicionar la visión original del proyecto, ya no está haciendo bien su función”.
LA LÍNEA ROJA Y LA PREPRODUCCIÓN
Respecto a las tensiones creativas con directores o áreas como arte, explicó que “si tú como showrunner haces un muy buen trabajo de preproducción, realmente no te van a necesitar mucho después en el set. Ya debiera estar todo clarísimo”, afirmó.
Para él, la forma de evitar conflictos es el trabajo previo: “Esa línea roja no la evitas con confrontación ni con la pelea, sino en la preproducción. Si trabajas 24 horas al día esos primeros meses, después todo fluye”, explicó.
El creador concluyó que el showrunner no solo gestiona un proyecto, también acompaña a su equipo en procesos personales: “Terminas casi siendo psicólogo, muchas veces psiquiatra. No puedo recetar valium, pero me encantaría poder hacerlo en algunos casos”, comentó entre risas.
Ha sido parte de proyectos como ¿Quién mató a Sara?, La hija pródiga, La casa de al lado y Sabor a ti.







