
Gastón Moguilevsky trabajó durante casi quince años en FOX y en Disney
Gastón Moguilevsky trabajó durante casi quince años en FOX y en Disney, donde se desempeñaba como director de Producción Original. En ese tiempo produjo contenidos de todo tipo: ficción, infantil, documental, realities en proyectos regionales y globales como Gutierrez is mai neim, Viaje al centro de la tierra, Pedro el escamoso 2, Desvestida, Chueco, Checo Pérez, no te rindas cabr#n y La peor vuelta al mundo, entre otros.

Pedro el escamoso 2 fue una de las producciones en la que trabajó Moguilvesky
“Si soy honesto lo que realmente me formó no fue la cantidad de producciones, sino la variedad de miradas que tuve que integrar para que cada historia encontrara su mejor versión. Mi rol siempre fue una mezcla de lo creativo, lo editorial y lo operativo”, dijo a PRODU.
Añadió que seleccionó guiones, acompañó procesos de escritura, trabajó con directores y showrunners, reeditó episodios, negoció contratos, cerró acuerdos de talento y coordinó equipos muy distintos entre sí.
Una de sus partes preferidas de su trabajo es el primer encuentro con un material. Antes de pensar en presupuestos, plazos o recursos, intenta entender qué quiere decir realmente esa historia. A veces la intención es clara desde la primera página; otras, aparece recién después de varias conversaciones, pero sin esa claridad inicial, es muy difícil todo lo que sigue.
Cree que la producción empieza ahí: en leer, interpretar y acompañar esa intención, aún cuando las circunstancias cambian y las piezas se mueven.
Opinó que, en las grandes compañías, el rol del productor es, por naturaleza, discreto. Pero ahí se suma algo más: la identidad profesional queda muchas veces absorbida por la magnitud de la empresa. El trabajo se diluye detrás de marcas enormes, procesos establecidos y cadenas de aprobación complejas. Los proyectos avanzan, los equipos crecen, los contenidos se estrenan y el nombre del productor rara vez aparece en primer plano.
“Aprendí a moverme en ese lugar silencioso sin perder la perspectiva del impacto. Resolver conflictos antes de que escalen, ordenar procesos, acompañar equipos, tomar decisiones narrativas y operativas. Todo eso ocurre detrás de escena y, si está bien hecho, casi no se nota, pero también entendí la importancia de no desaparecer del todo. De sostener una voz propia incluso cuando el sistema tiende a desdibujarla”, comentó.
Otro núcleo de su trabajo fue la construcción de equipos donde cada área pueda aportar desde su expertise. Creativos, directores, guionistas, producción, marketing, talento: cada uno habla su propio idioma. El productor, muchas veces, es el que traduce esos idiomas y los convierte en una conversación entendible.
Para Moguilevsky salir de una compañía tan grande después de tantos años fue una oportunidad para mirarse por fuera de la estructura, para preguntarse qué parte de su forma de trabajar era suya y qué parte era del sistema y, sobre todo, para reconocer que tiene una identidad como productor que no depende del logo que tenga detrás.
“Hoy busco proyectos donde pueda aportar esa mezcla de mirada editorial, sensibilidad narrativa, experiencia en procesos complejos y capacidad para articular equipos diversos. Donde la producción siga siendo ese espacio donde una idea se transforma en una experiencia concreta para el público. Sigo creyendo en el detrás de escena. En ese lugar donde la estructura y la creatividad se encuentran, aunque nadie lo vea y sigo creyendo, también, que el productor tiene una función esencial ahí: darle forma a todo lo que, justamente, no aparece en pantalla”, concluyó.
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