La serie animada Roberta quiere cacao es realizada por Caracol Televisión, Dago García Producciones y LUMO Media Lab
Un experimento interesante y que puede abrir nuevos caminos a la animación en Colombia se estrena en el Canal Caracol este sábado 19 de abril a las 9:30am, hora local: Roberta quiere cacao. Se trata de una miniserie animada de 11 capítulos cortos, creada por Dago García, en colaboración con LUMO Media Lab, la división de innovación tecnológica de Caracol Televisión.
Roberta quiere cacao es ambientada en un colorido mundo de loros, en el que se entrelazan las historias de Roberta, una lora bailarina que regresa a Colombia desde Nueva York, y Fausto, un joven rapero tartamudo que descubre en el freestyle una forma de expresarse y amar.
Más allá de la trama, lo revolucionario es su proceso de creación. “Este es un experimento piloto que nos permitió explorar las posibilidades de la inteligencia artificial en la producción audiovisual”, explicó a PRODU, Nathali Vélez, directora de LUMO.
Dago García y Nathali Vélez
Roberta quiere cacao es la primera miniserie animada de Dago García y también el primer proyecto de su autoría que tiene apoyo de IA. El VP de Producción y Contenido de Caracol Televisión, confesó que inicialmente tenía reservas sobre el uso de este tipo de tecnología en la creación artística. “Le manifesté abiertamente mis resistencias a Nathali, porque todavía tengo dudas. Pero ella tuvo la buena onda y la paciencia de aguantar mi mala recepción inicial y decidimos que íbamos a resolver esas diferencias dialogando”.
El primer paso hacia esta unión fue un taller de gramática, donde tanto Dago como LUMO explicaron lo que hacían y cómo lo hacían. El siguiente paso fue conocerse en la práctica, y plantearon dos proyectos, uno con una historia más compleja, y otro con una más sencilla. “Optamos por la más sencilla, porque es la primera vez en que nos íbamos a encontrar en el trabajo y así nació Roberta quiere cacao. De ahí arrancamos a trabajar”, dijo el creador de la serie.
Vélez contó entre risas que hicieron “un pacto de sangre” con Dago de jamás meter IA a la historia. Fue así como en este desarrollo hubo una regla muy clara: los aspectos más sensibles de la historia —el guion, las voces, la música— fueron creados exclusivamente por humanos. “Observamos que las voces y la música hechos por humanos definitivamente le dan otro toque. Cuando creamos el prototipo con voces de inteligencia artificial, la diferencia es notoria. El trabajo hecho por humanos le da alma a las animaciones”.
La inteligencia artificial en Roberta quiere cacao fue utilizada como una herramienta para optimizar procesos. Por ejemplo, se empleó como apoyo en la generación de personajes. “Eso implica que entrenes un modelo, que le pases las imágenes hechas por humanos, que le empieces a dar y a moldear. Por ejemplo para la inteligencia artificial solo existen muchas aves estadounidense, no tanto loros como tal o cóndores. O sea, era muy difícil que sacara eso. Entonces hay que hacer un proceso de entrenamiento y un modelo propio y único para que realmente de aquí en adelante se replique”, explicó Nathali Vélez.
Asimismo, en el modelo propio se tuvo que especificar que no se basara en animaciones ya existentes, como las de Pixar o Angry Birds. De hecho, fue Dago García quien propuso que Roberta tuviera flores y colores más folclóricos, un detalle que de acuerdo con la directora de LUMO, ningún algoritmo habría sugerido por sí solo.
También la IA se usó en la animación de algunas escenas. “Después de muchos intentos se genera una buena escena. Varias de las otras se hicieron con animación tradicional. En el equipo el LUMO contamos con esa capacidad”, agregó.
Para el VP de Caracol Televisión la inteligencia artificial logra lo que varias nuevas tecnologías hacen, democratizar muchos procesos audiovisuales que en otras condiciones eran absolutamente imposibles. “La cuestión está en qué lugar de la ecuación te pones y ejerces tu trabajo, y qué decisiones no vamos a dejar que recaigan en la inteligencia artificial”.
Roberta quiere cacao también apuesta por un género que en la televisión colombiana ha venido en disminución: el infantil. “Es parte de otra dimensión de cómo estas tecnologías permiten recuperar cosas como esto. Se hace animación infantil a un costo racional, que en la manera tradicional es monstruosamente costoso”, argumentó Dago García, hablando desde su visión como productor.
En una mirada más íntima y personal, el también escritor indicó que no sabe si es producto de que ya tiene cuatro nietos, pero de un tiempo para acá, ha hecho varios proyectos para niños, como series y películas. “He descubierto que es un terreno en el que me siento bastante tranquilo, seguro y satisfecho. Seguiré, creo, transitando por el aula de la mano de equipos tan eficientes, pero sobre todo tan gratos como el de LUMO”, concluyó.
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