Ventajas y desventajas de grabar Betty la fea en la actualidad, a diferencia de hace 25 años: responden los talentos

Más de dos décadas después del fenómeno mundial que fue Yo soy Betty, la fea, su elenco original regresó con una nueva parte del proyecto, titulado Betty la fea: la historia continúa, cuya segunda temporada producida por Estudios RCN estrenó el pasado 15 de agosto en Prime Video, donde ya es lo más visto en Latinoamérica.

Esta nueva serie no solo significa el reencuentro con personajes entrañables, sino también un cambio radical en la forma de grabar, vivir y sentir la historia. Natalia Ramírez, Lorna Cepeda, Julio César Herrera, Mario Duarte y Julián Arango compartieron en PRODU cómo ha sido revivir sus papeles y adaptarse a los desafíos de una producción contemporánea, diferente a la telenovela de hace 25 años.

REGRESO DE UNOS PERSONAJES QUE NUNCA SE FUERON

Para los actores, reencontrarse con sus personajes ha sido casi natural. El vínculo con el público y con las historias que marcaron a toda una generación sigue intacto, y así lo han comprobado con la recepción del público.

“Nos recibieron muy bien. Siento que el cariño está ahí, que realmente les gustó, que se divirtieron, que la pasaron bien”, asegura Natalia Ramírez, quien interpreta a Marcela Valencia.

En la misma medida, Julio César Herrera, el carismático Freddy, reflexiona sobre cómo estos personajes se volvieron parte permanente de sus vidas: “Durante 25 años, todos los días hemos tenido que ver con el personaje. Entonces el amor de la gente siempre está ahí. Por lo menos en mi caso, nunca lo he tomado a mal que que me llamen por el nombre de mi personaje”.

El reto además ha sido mantener la esencia de los personajes con nuevas líneas de su propia historia, como el caso del personaje de Hugo Lombardi, que pasó de menospreciar al ‘Cuartel de las feas’, a prácticamente liderarlas, por medio de su alter ego Cindy Calixta.

“Ha sido una experiencia muy chévere, no como para actuar al lado de ellas y ser y estar en el mismo nivel de ellas que Hugo siempre las trataba así. Ahora le toca de tú a tú”, sostiene y agrega que “es una lección de actuación, porque nos toca volver a crear el personaje otra vez, desde cero, pero con toda la historia previa encima”.

Natalia Ramírez y Julián Arango en sus personajes de Marcela Valencia y Hugo Lombardi

DEL LIBRETO IMPROVISADO AL GUION CALCULADO

Una de las diferencias más marcadas entre la producción original y esta nueva entrega es la manera de trabajar. Antes, en Yo soy Betty, la fea,  los libretos escritos por Fernando Gaitán les llegaban a los actores casi que en el mismo momento en el que iban a grabar. En Betty la fea: la historia continúa, con una estructura más definida y solo diez episodios por temporada, todo está planeado al milímetro.

“La primera vez que hicimos Betty, en la novela, también había como una magia, porque tú realmente no sabías que iba a pasar con los personajes y aún así uno trataba de encontrar el camino. Pero era muy angustiante. En este momento, cuando ya tú sabes qué va a pasar con los personajes, tienes la posibilidad de jugar un poco más y de saber, entender y prepararte más”, dice Lorna Cepeda, quien interpreta a la popular Patricia Fernández.

Mario Duarte, el único Nicolás Mora, coincide con ella, pero también señala cómo ha influido la diferencia de formatos y cantidad de capítulo entre telenovela y serie : “Antes no sabíamos por dónde íbamos, pero teníamos tiempo. Ahora sabemos por dónde, pero tenemos un minuto. Sin embargo, sigue siendo un reto interesante. Actuar siempre te va a mover a la necesidad de empezar otra vez.”

La modernización también incluye la tecnología, algo que no ha pasado desapercibido. Lorna Cepeda, con su característico sentido del humor, se queja —entre risas— de la alta definición: “Te digo honestamente, es difícil verse así. Esa cámara te muestra todo: hasta el grano, hasta las amígdalas, que ni siquiera están por ahí”.

UNA HISTORIA QUE SIGUE VIVA

A pesar de las nuevas dinámicas, lo que une a estos actores y a sus personajes con el público sigue siendo lo mismo: la autenticidad. Betty la fea: la historia continúa no solo apela a la nostalgia, sino que demuestra que la evolución técnica y narrativa puede convivir con la esencia de una historia que nunca dejó de ser parte de la cultura popular.

Como lo expresó Julio César Herrera, “el amor de la gente siempre está ahí”, y con esta nueva entrega, ese amor encuentra un nuevo capítulo para seguir creciendo.