
Según Carlos Buenfil, Chief Strategy Officer de Dentsu Creative México, las marcas deben aprender el idioma gamer para conectar de verdad
Cada 29 de agosto, el Día Internacional del Gamer recuerda no solo a millones de jugadores en todo el mundo, sino también la magnitud cultural, social y económica de una comunidad que hoy reúne a más de 3 mil millones de personas y sostiene un mercado global valuado en 184 mil millones de dólares, según el más reciente reporte de dentsu.
El gaming dejó de ser una actividad de nicho para consolidarse como un pilar del entretenimiento contemporáneo. Plataformas como Fortnite, Roblox o Minecraft se han convertido en ecosistemas sociales donde los jugadores no solo participan, sino que crean universos propios. Para las marcas, este entorno abre oportunidades únicas de conexión con audiencias comprometidas, diversas y altamente inmersivas.
Para Carlos Buenfil, Chief Strategy Officer de Dentsu Creative México, el verdadero reto para las marcas no es tecnológico, sino cultural. “Integrarse al mundo gamer no significa únicamente lanzar un anuncio dentro de un juego o desarrollar un título propio, sino comprender a profundidad los valores, códigos y motivaciones de la comunidad”, destacó.
El éxito no se mide únicamente en alcance o engagement inmediato, sino en la capacidad de construir vínculos sostenibles y de aportar valor sin interrumpir la narrativa del jugador. “Las marcas deben dejar de querer protagonizar y empezar a darle al gamer la oportunidad de contar su propia historia”, enfatizó Buenfil.
El estudio de dentsu revela que 84% de los usuarios de internet entre 16 y 64 años se identifican como gamers, con una edad promedio de 37 años. El espectro va desde quienes juegan unos minutos al día en el transporte público hasta quienes dedican horas a mundos multijugador. Para las marcas, esto implica diseñar propuestas de valor adaptadas a distintos niveles de identidad gamer, evitando estereotipos y entendiendo que el vínculo está en la profundidad de la experiencia, no solo en la frecuencia de uso.
En este contexto, la inteligencia artificial se perfila como un catalizador clave: desde la optimización de campañas hasta la creación de experiencias personalizadas dentro de los juegos. A esto se suman condiciones del mercado mexicano que favorecen la expansión: la democratización de pagos digitales vía fintech, la conectividad móvil y la búsqueda de opciones de entretenimiento accesibles frente a alternativas más costosas.
Dentsu Creative ya ha demostrado cómo el gaming puede ser un territorio culturalmente relevante para las marcas. Un ejemplo es V-Land, el primer videojuego en el metaverso dedicado al ciclo menstrual, desarrollado para Saba (Essity), que buscó romper tabúes y normalizar la conversación sobre la menstruación a través de edutainment y contenido IP.
Con estas iniciativas, Dentsu Creative deja claro que el gaming no es solo un canal, sino un territorio cultural donde se construyen vínculos reales y significativos con nuevas generaciones. En palabras de Buenfil: “En el mundo del gaming, quien no entiende el juego queda fuera. Y hoy, ninguna marca se puede dar el lujo de no jugar”, concluyó.
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