
Benjamín Delvingt, cofundador y CEO de Trópica
El comportamiento de las audiencias en México está cambiando a una velocidad que las marcas no pueden seguir con modelos tradicionales. La medición dejó de ser un proceso posterior y se convirtió en un ajuste en tiempo real. La creatividad ya no es un “extra” estético; es la variable que más impacta en el ROI. Y la tecnología —en especial la IA— dejó de ser un lujo para convertirse en músculo operativo.
En ese cruce entre data, cultura, creatividad y negocio se mueve Trópica, la agencia creative+tech liderada por Benjamín Delvingt, que en solo 18 meses se consolidó como un socio estratégico para marcas que buscan entender a las audiencias mexicanas con honestidad y precisión.
En entrevista para PRODU, el cofundador y CEO ofreció una radiografía profunda sobre los cambios que vive el mercado: “Estamos en una era donde cada uno es creador de contenido. Las reglas ya no las dicta la marca; las coloca la audiencia. Nuestro trabajo es escucharla, entenderla y conectar con ella de forma genuina”.
Trópica nació hace 18 meses, fundada por Delvingt y un equipo con más de 15 años de experiencia liderando creatividad e innovación en Google Latam.
“Queríamos libertad total. Libertad para elegir plataformas, para escoger la tecnología adecuada y para experimentar sin las limitaciones de estructuras gigantes. Trópica nace de esa voluntad de libertad”, explicó.
El modelo opera bajo una premisa clara: pocos clientes, pero relaciones profundas y centradas en negocio, no solo en marketing.
“Sé que en la industria todos dicen que son socios, no agencias. Pero nosotros lo llevamos al extremo. Las conversaciones que tenemos no son de comunicación; son de negocio. Y solo trabajamos con marcas donde realmente podamos generar impacto medible”, destacó.
Para Delvingt, la creatividad sigue siendo humana, emocional y cultural. Pero la tecnología —y especialmente la IA— multiplicó su alcance.
“Las ideas siguen naciendo de corazones y mentes humanas. La tecnología es el brazo que las amplifica. Antes podías hacer A/B testing; hoy puedes hacer A/Z testing a gran escala. Te permite implementar creatividad con una velocidad que nunca habíamos visto”, señala.
Ese modelo híbrido permite a Trópica optimizar recursos y responder a los retos del mercado latinoamericano: plazos cortos, menos presupuesto y expectativas de alto rendimiento.
Delvingt afirmó que el mayor cambio está en cómo se construyen los territorios de marca.
“Por muchos años, la marca definía el territorio y buscaba a la audiencia dentro de él. Hoy es al revés: los territorios nacen de las audiencias, de microtendencias, subnichos y observación cultural. Ya no es un mensaje de un lado para otro; es cocreación”.
Este cambio, dijo, exige humildad, escucha profunda y respeto por la cultura real de la audiencia: “Cuando respetas el espacio de la audiencia y conectas con algo que le importa genuinamente, el impacto es muchísimo mayor. Pero si entras solo para montarte a una tendencia, la gente lo detecta al segundo”.
Agregó que el crecimiento de los influencers, la expansión de la IA y la cultura digital hiperacelerada transformaron por completo el comportamiento del consumidor.
“Hoy todos somos creadores. Lo que posteas un martes cualquiera ya es contenido. Eso cambia la forma en que las marcas deben pensar: ya no dictas las reglas, las entiendes. Y construyes a partir de ahí”, detalló Delvingt.
Para Delvingt, la fórmula actual requiere creatividad, tecnología y autenticidad: “La creatividad está en entender qué mueve a las personas. La tecnología está en amplificarlo. Y la autenticidad es lo que sostiene que esa conversación sea real”.
Delvingt asegura que la industria mexicana tiene hoy más herramientas de medición que nunca, pero sigue usando métricas heredadas.
“Tenemos más formas de medir que en toda la historia, pero seguimos cayendo en las mismas métricas de siempre. A veces se mide lo que la marca quiere ver, no lo que realmente está pasando”, advierte.
El verdadero cambio, dice, está en aceptar la realidad de los datos:
“Un baño de realidad siempre ayuda. Despierta oportunidades nuevas, nuevas audiencias, nuevos caminos creativos. Antes definías todo al inicio y medias al final. Hoy ajustas cada día según lo que está pasando allá afuera”.
Estudios globales refuerzan su postura:
– Solo el 13% de las empresas se consideran abiertas a riesgos creativos (Cannes Lions 2025).
– Las marcas que se arriesgan obtienen hasta 4 veces más margen de beneficio (WARC).
– En EE. UU. se gastan US$189 mil millones extra para compensar campañas sin creatividad (eMarketer).
– Una campaña altamente creativa puede generar hasta 24 veces más ROI que una mediocre (WARC + Kantar).
Delvingt lo resumió esta su visión: “La creatividad no es un gasto. Es una inversión. Es la ventaja competitiva más grande que tiene una marca. Una idea poderosa puede multiplicar el retorno de inversión 4, 12 o hasta 24 veces. Una mala idea, aunque tenga mucho presupuesto, no genera nada”.
“Una gran idea mal ejecutada falla. Mucho presupuesto con mala creatividad tampoco funciona. Estamos en un punto donde estrategia, creatividad y tecnología tienen que convivir. No se puede separar”, finalizó.
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