
Gonzalo Carracedo, fundador de Atómica
Optimizar flujos de trabajo, diferencias de horario, infraestructura técnica y talento es lo que logró Atómica tras abrir su oficina en México. Ello gracias a los flujos de trabajo que construyeron, las prioridades que fijaron, y a que combinan todos los proyectos entre sus dos oficinas (Chile y México). Se trata, comentó a PRODU Gonzalo Carracedo, su CEO y fundador, de no tener oficinas gemelas independientes, sino complementarias. Esto se logra con tecnología pero, sobre todo, con la voluntad del equipo humano.
Atómica, la reconocida empresa de posproducción chilena, está celebrando un año de instalarse en México. Pero gracias a estos aciertos, cuenta con la posibilidad de expandirse.
El trabajo remoto permite a ambas oficinas colaborar y asignar el proyecto a artistas, según sus cualidades o tomando en cuenta las necesidad del producto, sin importar si están en Chile o en México.
“Nuestra propuesta desde el inicio fue instalarnos en México, no como otra oficina de Atómica, sino como una extensión de lo que es Atómica desde hace 25 años en Chile. O que Chile pasa a ser una extensión de lo que está haciendo México”, explicó, tras comentar que esta forma de trabajo, en muy corto tiempo, les ha permitido entender dónde están los mayores talentos en México, y para qué tipo de procesos y flujos funcionan mejor.
En julio de 2024 Atómica empezó sus operaciones en México con instalaciones y equipo técnico. Cuenta hoy con nueve profesionales, con Adriana González al frente a en la producción ejecutiva. En la coordinación operativa está Nico Ibieta. “Nico Ibieta está a cargo de la operación de Chile y de México. Tenemos una sola dirección de operación, que es fundamental para lo que estamos hablando”, afirmó Carracedo.
En la coordinación está Miran Franco. Cuentan con dos coloristas en México y un colorista en Chile, que como ya se comentó, trabajan de manera colaborativa.
Explicó que esta forma de trabajo va de la mano de otra filosofía, en la que creen y aplican: enfrentar los trabajos enfocados en las necesidades del cliente y del producto, y no según las pautas impuestas por el flujo de trabajo de la empresa.
“Tenemos el flujo de trabajo que diseñamos y adaptamos a cada proyecto. Cuando pones al cliente como prioridad, toda la infraestructura técnica pasa a estar al servicio del proceso de posproducción y no al revés, como usualmente era, porque la tecnología a veces manda más que la necesidad. Cuando entiendes eso y lo combinas con decisiones tecnológicas relevantes, encuentras la libertad de poder cambiar los flujos de trabajo según el proyecto. Pero para ello, necesitas la convicción y la decisión de hacerlo”, explicó.
Agregó que aunque existe la nube, no siempre es necesaria en todos los casos. “Las plataformas nos piden utilizar sus propias nubes, por lo que hemos generado nuestro propio concepto de nube, que además, está expandido en dos locaciones. ¿Qué nos permite eso? que realmente nuestro flujo de trabajo potencia el uso de una nube solo cuando se necesita. El uso local solo cuando necesita, El uso de nuestra nube interna, siempre está al servicio del proyecto. Eso nos permite optimizar recursos y talento. Cuando digo optimizar talento, básicamente es que los talentos dejan de tener limitantes en la herramienta y además pueden trabajar indistintamente en un proyecto local, o en un proyecto afuera. Todos los proyectos pasan a ser locales y todos los proyectos pasan a ser híbridos”, afirmó.
Ello, gracias al diseño de flujos internos o utilizando las herramientas que están al alcance de todo el mundo, pero adaptadas a los flujos que han diseñado en Atómica y con herramientas y desarrollos propios. “Tenemos clientes, incluso plataformas, que han visto nuestra propuesta y han quedado muy sorprendidos”, explicó.
“Se trata de poder replicar el material importante en ambos facilities, de manera que siempre haya un trabajo local. Si en algún minuto se pierde la conexión, ambas facilities sigan funcionando. En ese sentido hay mucha innovación técnica, que muchas veces no es lo que ponemos al frente, pero que los clientes lo perciben”.
En un año Atómica ha logrado trabajar con proyectos relevantes del mercado mexicano. Uno de ellos es Mentiras, el cual implicó importantes retos de posproducción. Además del desafío por la importancia del proyecto, también lo fue por el trabajo con el color y la posproducción, una de las premisas importantes en la serie.
“Es una propuesta visual de Gabriel Ripstein muy interesante. Es un producto que desde el set tiene una propuesta muy atractiva y el color, fue un desafío muy relevante”, agregó, tras comentar que trabajaron con un colorista francés que el director de fotografía quiso incorporar al proyecto, y con él estuvieron durante todo el proceso, tanto presencial como de forma remota.
“La propuesta visual, no es hiperrealista, por lo tanto hubo un desafío ahí muy interesante de la visualidad, pero a la vez tenían que ser perfectos en la integración. Entonces ese desafío lo hizo también muy atractivo y fluyó muy bien. Trabajamos con un director muy colaborativo que aceptaba nuestras propuestas. Es una serie que trae, además, mucha expectativa. Siendo chilenos nos tuvimos que empapar de todo lo que significaba la obra, así como Tomás Roca, como supervisor de efectos especiales. Trabajamos con mucho respeto y también quisimos aportar desde nuestra perspectiva”, explicó.
Relató que en Mentiras trabajaron toda la posproducción de imagen y los VFX. En Atómica, tienen otra empresa que es parte de Atómica, que se llama Garage VFX, con su socio Tomás Roca al frente. Es una empresa que se ha especializado en VFX. “Mentiras es un ejemplo de un proyecto en el cual trabajamos tanto la posproducción como los VFX, de manera independiente y colaborativa a la vez”, dijo Carracedo.
Agregó que actualmente trabajan con una serie y una película para Netflix, además de otros proyectos para otras plataformas de las que no pueden hablar. “También participamos en la película de Michel Franco, Dreams, que la presentó en Berlín y somos coproductores de la película 12 lunas, que fue parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
“El mercado mexicano nos ha permitido, desde el inicio, tener acceso a distintos proyectos, varios de magnitud. Es un mercado que recibe a un nuevo actor, como nosotros, si tiene una propuesta de valor interesante. Hemos tenido muy buena recepción en México, y además hemos tenido muy buena relación con los otros actores de la posproducción en este país”, comentó finalmente Carracedo.
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