Eduardo Stigol
Fundador de su primera compañía de TV por cable en Argentina hace 35 años y al frente de Inter —antes Intercable— desde su creación en 1996, Eduardo Stigol es uno de los ejecutivos que mejor conoce la evolución del negocio en Latinoamérica. En 2013, su grupo adquirió la plataforma DTH Tuves, que llevó a una operación panregional.
Como CEO de Inter en Venezuela y de Tuves en Chile, Eduardo Stigol repasa en #PRODUprimetime con Ríchard Izarra, tres décadas de transformación tecnológica, la reconversión de su compañía a fibra óptica y el reto de mantener el negocio de la televisión paga en un ecosistema amenazado por la piratería y la fragmentación de audiencias.
Sostenerse una empresa durante 30 años en Venezuela es saber navegar los ciclos económicos de prosperidad y crisis que marcan las dinámicas políticas latinoamericanas llenas de incertidumbre. “Hemos fundado una compañía durante el gobierno del presidente Caldera con una economía diferente a la que tiene el país hoy, con unas expectativas de desarrollo distintas. Nos ha tocado sobrevivir los momentos malos y aprovechar los buenos”, señala. “En los últimos cinco años vino un impulso de prosperidad, sobre todo en el sector de fibra óptica. Con todo ese dinero hemos logrado reconvertirnos en una compañía 100% de fibra óptica, con servicios de hasta 1 giga de Internet”.
Hoy Inter mantiene más de 3.000 empleados y compite en un mercado donde, asegura, hay más de 100 empresas de fibra en Venezuela. Esta coyuntura ha permitido cobrar tarifas comerciales y plantea un posible escenario de consolidación del mercado en el futuro, donde Inter lleva ventaja: “Somos una compañía grande, y con la marca Inter, somos esponsor de la selección Vinotinto que tiene oportunidades de llegar al Mundial”.
Aunque Inter se ha convertido en una empresa esencialmente de Internet, sigue ofreciendo televisión satelital y a través de fibra, vendida en combo. Stigol advierte que la industria de la TV “está muy comprometida por la piratería, a veces impulsada por servicios que venden solo Internet”. Subraya los riesgos para los usuarios: “Es un peligro enorme que a través de un Magis o un Flujo se te instalen en tu wifi y te roben datos de tu casa para cometer delitos informáticos. No hay una buena consciencia sobre esos riesgos en el latinoamericano”. Para el ejecutivo, “cada vez es más difícil sostener el negocio de la TV” y la industria debe replantearse su objetivo.
La historia de Tuves está ligada a la expansión de Inter. “En Inter queríamos un satélite para competir con DIRECTV en las zonas donde no teníamos cable”, explica Eduardo Stigol. Con apoyo de inversores la adquirió detectando un nicho: proveer TV satelital en zonas rurales y atender carteras DTH que las grandes compañías estaban dejando.
Esa estrategia incluyó la compra de clientes de Movistar en Venezuela y de Claro en Chile. En el largo plazo, “Tuves puede ser el consolidador de esa cartera de DTH en la región”, afirma, aunque reconoce que el futuro de la TV satelital dependerá del crecimiento de la internet satelital de bajo costo y consumo ilimitado, como Starlink. “Hoy todavía es costosa”, apunta, señalando que también están en camino proyectos de Amazon con DIRECTV, otra iniciativa de Europa y de empresas chinas para ofrecer servicios similares en la región.
Eduardo Stigol es claro al describir el cambio de hábitos de consumo: “La cantidad de horas que la gente dedica a ver TV en vivo es mucho menor que hace 5 o 20 años”. Para él, el valor ahora está en los eventos en vivo: “Sea deportes, un Grammy, un Miss Venezuela, eso atrae audiencia e interés en la TV que conocemos. El resto de contenidos, como series o noticias, se pueden ver de otra manera”.
El ejecutivo cree que ya no tiene sentido hablar de grillas de cientos de canales, sino de tener la programación en vivo como núcleo, complementada por otros contenidos. “La audiencia se va a mover por eso, y el resto lo puede ver en otras plataformas”, concluye.
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