Eduardo De Nucci, gerente de Ventas de Viditec

Desde mi rol de proveedor de equipamiento y tecnología, creo que nos conviene que haya una rápida definición por cualquier estándar porque generaría una actividad comercial de productos hogareños y profesionales que hoy está paralizada por la falta de una decisión. La adopción de la norma ISDB-T en particular no nos afecta negativamente en nada y a la larga puede ser una buena selección.Desde el punto de vista del país, hay muchos aspectos que no puedo evaluar con la información que tengo. Creo que hay cuestiones que están enmarcadas en función de una definición política de lo que se pretende para la radiodifusión, para las telecomunicaciones y a nivel geopolítico. Sin ese marco de definiciones a nivel estratégico, elegir una norma es imposible ya que todas tienen pro y contra, y todas son elegibles.Si el proyecto de integración con Brasil es estratégico para la Argentina, entonces esta norma tiene más sentido que ATSC o DVB-T. Pero también pesa que el costo de los receptores sea lo más competitivo posible, y en ese caso es más fácil elegir ATSC porque tiene los receptores más económicos.En su momento, la elección de ATSC no nació de un proyecto de país, sino de un compromiso político. Por eso, cuando el gobierno se fue, nadie creyó, no se motorizó nada y el gobierno posterior puso en duda el decreto. Para que eso no se repita es necesaria una definición rápida, basada en parámetros reales, y conveniencia macroeconómica, política y social.