
Frank Rodríguez vive una nueva etapa en su carrera con su incorporación a Dinastía Casillas, interpretando al sicario Carepunta
El actor y productor Frank Rodríguez vive una nueva etapa en su carrera con su incorporación a Dinastía Casillas, el esperado spin-off de El Señor de los Cielos. Reconocido principalmente por su trayectoria en cine, Rodríguez enfrentó varios desafíos en su incursión en televisión, entre ellos adaptarse al ritmo de producción de una serie de gran formato, dominar un acento extranjero y darle un tono distinto a su personaje.

Frank Rodríguez, actor, productor y director mexicano
Rodríguez interpreta a Carepunta, un sicario colombiano que mezcla humor y crudeza, y es el compañero de Alejandro Aguilar, El Parcero. Ambos interpretan una pareja que rompe con el estereotipo del villano rígido.
“Vengo del cine, donde se cuida cada toma, la luz, la cámara, la pausa. Aquí es otra dinámica: tres directores, tres cámaras, cuatro unidades trabajando al mismo tiempo, sin margen para repetir. Es correr todo el día”, comenta el actor.
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Afirma que su reto más importante fue adaptarse al ritmo de trabajo de la televisión. “Fue un gran ejercicio actoral, una forma de ejercitar el músculo”, agrega.

Rodríguez interpreta a Carepunta, un sicario colombiano que mezcla humor y crudeza
Asimismo, confiesa su asombro con la exposición que le ofrece esta gran serie como actor.
“Para los latinos, El Señor de los Cielos es lo que los Avengers son para los americanos. Diez años de historia, millones de fans, foros en redes que debaten cada episodio”, comentó. Su personaje, que inicialmente tendría presencia en menos capítulos, terminó apareciendo en más de cuarenta. “Fue un regalo. Los productores empezaron a reescribir escenas para incluir a Carepunta; eso fue muy gratificante”.
“Nos permitieron jugar. Propusimos que nuestros personajes fueran como el Gordo y el Flaco, o como Viruta y Capulina, pero sicarios”, explica el actor.
Ese tono irónico aparece incluso en escenas de tensión, como cuando discuten sobre si tomar café mientras tienen a un hombre atado frente a ellos. “La intención era que el público descansara un poco de la violencia y que los personajes tuvieran un costado humano”, señala.
Para Rodríguez, ese matiz refleja una mirada más contemporánea sobre el crimen organizado: “En la vida real, muchos de estos personajes son carismáticos, sociables, nada que ver con el estereotipo de los años ochenta”.
Recuerda que el casting fue un audio grabado con el acento colombiano. Y así entró al proyecto.
Adoptar el acento colombiano, fue otro reto. Y aunque ya había trabajado con distintos registros en teatro y cine, buscó precisión. “Le pedía a mi compañero Alejandro Aguilar que me escuchara, para que si algo se salía de tono me corrigiera”, explica. La ironía, dice, es que su compañera de elenco Fernanda Yepes, colombiana, interpreta a una mexicana del norte. “Fue divertido: ella hacía de mexicana y yo de colombiano”, ríe.
Rodríguez viaja a España para protagonizar la película Los ojos del diablo, dirigida por Paco Arasanz, referente del cine de terror español. “Es una historia intensa y visualmente muy arriesgada. Lo curioso es que paso de un sicario colombiano a un sacerdote influencer y exorcista”, dice con humor.
Esa diversidad lo define: en los próximos meses estrenará cuatro películas, entre ellas La religiosa, junto a Salvador Sarboni, y otra producción ambientada en la época de la cristiada. “Me gusta jugar con contrastes, no repetir fórmulas”, afirma.
Además, Rodríguez es fundador y organizador de La Gran Fiesta del Cine Mexicano, que celebrará su 13ª edición del 7 al 14 de noviembre en Guadalajara. “Es un espacio que crece cada año y se ha convertido en una antesala de las Diosas de Plata”, destaca el actor y productor, quien combina su trabajo en pantalla con la promoción del cine nacional.