
Sandra Solares, productora ejecutiva de Las muertas comentó que el trabajar con una sola unidad, en muchas locaciones y estados, implicó un trabajo complejo
Casi seis meses de desarrollo llevó preparar los seis capítulos de Las muertas, con una planeación muy detallada de la producción. Fue una experiencia compleja, porque involucró a 154 actores, casi cinco mil extras y un número muy grande de locaciones en Ciudad de México, Guanajuato, San Luis de Potosí y Veracruz.
Por ello, requirió una planificación rigurosa, explicó a PRODU su productora ejecutiva Sandra Solares. “Teníamos que ir cerrando un territorio, filmando en otro, mientras avanzamos en la preparación del siguiente, con servicios médicos en todas partes, agua, baños, hospedaje, plantas generadoras, luz de trabajo, bodegas. Fueron movimientos de mucha precisión, con un desarrollo de casi seis meses en donde hicimos la investigación detallada de qué queríamos hacer, con un plan de trabajo muy estudiado”, explicó.
Junto a Sandra Solares en la producción ejecutiva también estuvo Luis Estrada, quien además de director, es el showrunner de la serie. Salvador Parra estuvo en el diseño de producción, Alberto Anaya Adalid “Mándaro” en la dirección de fotografía, Gilda Navarro en el diseño de vestuario y Alejandro y Karen Vázquez en los efectos visuales. Mariana Rodríguez, fue la editora.
Las muertas, una producción original de Netflix, se estrena en la plataforma el 10 de septiembre.
Entre las razones de la complejidad de esta producción, es que no estuvo apegada al trabajo estandarizado, del tipo capitular de entregas, de una serie regular.
“Trabajamos como si fuera cine, con un solo director, Luis Estrada, sin una segunda unidad. La realidad es que la serie completa, sus 21 semanas, las hizo él solo, lo que resulta increíblemente ambicioso, cansado y sobre todo, complejo”, agregó.
Solares admite que contaron con un presupuesto alto, y que filmar durante 21 semanas para producir seis capítulos es un lujo en la industria audiovisual latinoamericana.
“Fue complejo tener a 154 actores, casi cinco mil extras. 320 vehículos de acción, trabajando en 200 sets en tres regiones. Solo en San Luis de Potosí, estuvimos en Guadalcázar, en Armadillo, en Cuesta de Campa, en la ciudad de San Luis, en Bledos, en Mesquic de Carmona. Es decir, estuvimos en todos lados. En Veracruz, estuvimos en Puerto Veracruz, en Boca Chica, en el centro. En Guanajuato, en Mineral de Pozos, en el Cristo del Cubilete. Y en México estuvimos en tres foros de estudios Churubusco a la par, además de en locaciones del INAH, la UNAM, el INBAL, en el centro de la ciudad. Muy complejo en sí. Fue un gran esfuerzo, con un equipo base de casi 400 personas en el crew”.
Explicó Solares que la razón por la que era un equipo tan grande detrás de cámaras, es porque hubo construcción. “La construcción siempre significa mucha gente. Pero además eníamos a gente que estaba cerrando los sets que ya habíamos filmado. Mientras, estábamos en otro estado filmando y al tiempo, en otro estado preparando el siguiente set”, agregó.

Por ello, todo el tiempo manejaron personal cerrando un territorio, filmando en otro y avanzando en otro, con todos los servicios en cada lugar.
Explica que previamente, tuvieron una preparación suave con las cabezas de departamento. Luego 12 semanas de preparación ya con todo el equipo, pero muy claro, sobre todo en las locaciones y en el cast.

Sandra Solares explicó que hicieron un trabajo muy detallado para lograr esta producción
“Además cuando trabajas el centro de la Ciudad de México, trabajas con INAH, con INBAL, con todos estos lugares históricos, porque son los que te van a dar la época. Tienes que pedir los permisos con meses de anticipación y buscar la logística correcta para poder llegar”.
Agregó que también tuvieron que manejar imponderables, como el clima, situaciones de nieblas, lluvias y calores extremos. “La gente cayéndose por un golpe de calor en el desierto. O sea, situaciones que sí nos hicieron perder algunos días y tomar algunas decisiones, para poder seguir manteniendo la producción en el redil”
Aunque la producción fue muy artesanal, al estilo del modo en que se trabajó en cine en otros tiempo, hubo efectos visuales. “Hubo assets, se crearon cosas que no existían,se siguieron sets, extensiones de sets que nosotros construíamos un pedazo, pero se hacían más con efectos. Y lo de siempre, borrar, quitar cables, ese tipo de cosas. Se crearon muchas cosas y esperamos que no se note ninguna. Sin embargo, procuramos en todo sentido hacer las cosas prácticas: que el fuego es fuego y si alguien se cae, se cae, por lo que usamos dobles de acción”.
Hubo además un equipo de efectos especiales importantes, además de efectos visuales, con el fin de apoyar para poder reflejar la época correctament. “Fue difícil, porque tocamos cinco décadas, entre el 30 y el 70”.
Comentó que al trabajar con 154 actores, hubo momentos complicados. “Por ejemplo, las chicas eran 27. Entonces teníamos una parte de chicas que actuaban, y otra parte de chicas que no en ese momento o locación. Y lo complicado, era ,poder llevar la continuidad de estas chicas y que no se te fuera alguna… una está en el casino, sale y en qué forma. Quiénes hablan y dicen qué y a quien. Ya a la hora de estar en producción lo teníamos más claro, porque lo machacamos hasta que nos cansamos. Pero sí fue muy complejo. Y no podíamos tener todos los días a todas en escena, por lo que hubo que ver cuáles sí estaban en ese espacio, cuáles en el otro. Quiénes estaban delante o detrás. En muchos casos no repetíamos a las mismas personas porque estábamos moviéndonos por distintos estados. Entonces, necesitábamos tener extras que no habían estado adelante y ser cuidadosos con cómo estas formas de presentar los diferentes casinos nos permitieran tener una continuidad correcta y no regarla”, explicó Solares.
Ese, afirma fue un gran reto, junto al clima y la cantidad de locaciones. “Los vehículos de acción que también los teníamos que mover, y trasladar invariablemente trepados en transportadoras, porque no ruedan. Son antiguos. Y además, aunque estábamos en la década de los 60’s, todo tiene que ser de los 50’s. No sería real o coherente que todos los autos fueran nuevos, es decir, de los 60’s”.
El guion fue escrito por Luis Estrada, Jaime Sampietro y Rodrigo Santos. Sus protagonistas son Paulina Gaitán (Serafina Baladro); Arcelia Ramírez (Arcángela Baladro); Joaquín Cosío (Capitán Bedoya); Alfonso Herrera (Simón Corona) Mauricio Isaac (La Calavera); Leticia Huijara (Eulalia Baladro); Enrique Arreola (El Escalera) y Fernando Bonilla (Ticho).
También son parte del elenco Enrique Arreola, Fernando Bonilla, Salvador Sánchez, Tenoch Huerta, Dagoberto Gama, Carlos Aragón, Elías Toscano, Ximena Romo, Adrián Vázquez, Yessica Borroto, José Sefami, Diego Jáuregui, Paloma Woolrich, Jorge Zárate, Sonia Couoh, Sofía Espinosa, Eligio Meléndez, Juan Carlos Remolina, Enoc Leaño, Marco Zetina, Edwarda Gurrola, Katia Rigoni, Patricia Loranca y Cecilia de los Santos.
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