Sigrid Alegría y Diego Muñoz CLVM
Como la vida misma, la nueva vespertina de Mega de Chile, es
una comedia romántica que gira en torno a un hombre y una mujer, ambos en sus
50 años, separados y con hijos, que se darán una nueva oportunidad para querer
y ser queridos. En el camino, estos dos seres tendrán que sortear obstáculos con
los que el espectador se sentirá identificado y emocionado.
Sigrid Alegría (Hasta encontrarte, Pobre novio, Yo soy
Lorenzo) y Diego Muñoz (La jauría, 100 días para enamorarse, Casa de muñecos,
Sres. Papis) son la pareja protagónica de esta nueva historia de Área Dramática
de Mega.
Alegría interpreta a Soledad, una mujer entusiasta y
creativa, separada y madre de tres hijos, que se gana la vida vendiendo ropa
usada intervenida por ella y sus dos amigas. Sus hijos son su gran prioridad.
Gracias a una app de citas conocerá a Alonso y, así, se abrirá a la posibilidad
de volver a estar con alguien.
“Lo que me gusta de Soledad, mi personaje, es que es
conciliador. Le hace el quite a los conflictos, pero se da a entender desde la
comprensión” comentó Alegría.
Este reconocible personaje femenino disparará reflexiones la
maternidad, sobre encontrar a “la mujer” más allá de la madre y sobre el
derrotero de las familias ensambladas. “Soledad se da una oportunidad de
recordar a ‘la mujer’ y se sorprende. El personaje nos habla de cómo debemos
enfrentar la vida de ‘los tuyos, los míos y los nuestros’” agregó la
protagonista de Como la vida misma.
Muñoz encarna a Alonso Valdés, un hombre carismático,
con sentido del humor, responsable, exigente, estructurado y 100% comprometido
con su hijo, a quien sobreprotege para compensar la escasa presencia materna.
“Es un buen hombre, preocupado por su madre y su hijo, amigo
de Caco, su compañero de trabajo en la compraventa de autos desde hace ya
varios años. Tiene una vida tranquila hasta que Caco le arma un perfil de
Tinder y al poco rato hace ¡match! Y la chica que está al otro lado le gusta
tanto que decide conocerla” explicó Muñoz.
Alonso, apuntó el actor, generará varios temas de conversación:
cómo afecta el divorcio la crianza de un hijo (sobreprotección versus abandono,
madurez versus adultos infantiles); las segundas o terceras oportunidades para
querer y ser querido; y lo difícil que puede resultar a los niños y
adolescentes aceptar al nuevo novio de su madre.
