
Oscar Isaac, Ted Sarandos, Guillermo del Toro y Jacob Elordi / Créditos: Jazmin Hernandez/ Netflix©2025
México es el mejor sitio para celebrar y mostrar Frankenstein. Así dijo Guillermo del Toro, su director y creador, en el exclusivo evento que organizó Netflix en el antiguo Colegio San Ildefonso, en el centro de Ciudad de México. Nada menos que Ted Sarandos, Co-CEO de Netflix, fue el moderador y entrevistador en la conversación que tuvo lugar luego de la proyección. Allí estuvieron Guillermo del Toro y los protagonistas, Oscar Isaac y Jacob Elordi.

Ted Sarandos, Co-CEO de Netflix, fue el moderador y entrevistador en la conversación que tuvo lugar luego de la proyección. Allí estuvieron Oscar Isaac, Jacob Elordi y Guillermo del Toro
Al evento asistió talento y ejecutivos de la industria, amigos del director del Toro, y autoridades de gobierno como el secretario de Economía, Mauricio Ebrard. También una importante representación de los fanáticos del director mexicano, que no dejaron de aplaudir y vitorear a del Toro. Ese ambiente de calidez y afecto, creó un clima de intimidad único, que dió razón a del Toro acerca de la calidad de este escenario.
El director mexicano afirmó que se trata de su película más personal, la cual se volvió un acto biográfico. Recordó que ha deseado hacerla desde sus 11 años de edad, pero agradeció realizarla a la edad que tiene hoy, cuando puede comprender mejor la figura del padre.“Ésta se vuelve en una sombra que cuesta trabajo entender. Y a veces, uno, pasa las mismas ausencias a los hijos”, comentó.
Reveló que hay muchos momentos de su vida, en la película. Cosas que ha vivido con su familia, como el secuestro de su papá. Otras películas, como La forma del agua y El laberinto del fauno, también hablaron de aquello que quería decir. “Siempre pensé que serían las últimas, porque para mí era todo lo que necesitaba hablar. Fue el caso de La forma del agua, que habla acerca del amor, pero del amor “maravillosamente imperfecto”.
Además, agregó, que en México se entiende mejor la película, “porque el perdón, la aceptación y la familia, junto al dolor que se transmite de una generación a otra, lo entendemos muy bien. Y porque la figura del padre en México, es bastante cabrona”.
Dijo del Toro que en México también se puede entender muy bien la fusión entre el melodrama y la emoción aumentada del romántico inglés. “Es una mezcla muy bonita. Creo que eso también se entiende mejor que en ningún lado en este país. Por eso me interesaba tanto estar aquí”, dijo.
El tono de la película, confesó del Toro, fue lo más difícil de lograr. “Puedes tener violencia y ternura, pero hay que probar la salsa todo el tiempo. Es como una sinfonía” explicó, tras comentar que la escena entre Victor Frankenstein y el monstruo, que ocurre al final de la película fue la más dificil. “Si no lloro, si no me emociona, no imprimo. Tiene que sentirse vivo”, afirmó.
Guillermo del Toro y Óscar Isaac recordaron cuando, hace tres años, se reunieron para hablar de este proyecto. “Es muy importante que se sepa que lo escribí para Óscar Issac”, dijo del Toro. En aquella reunión del Toro le dijo que quería que él hiciera el personaje de Víctor Frankenstein, cuando aún no sabía que haría la película.
En aquella conversación, muy íntima, encontraron mucho en común: la relación con sus padres y el trauma de la religión. “Un año después llegó Guillermo con las últimas 30 páginas, lo leí, todos los personajes, y al final nos sentamos a llorar, porque fue muy personal”, relató Óscar Isaac.
Allí, empezaron a pensar cómo hacer a Víctor: un personaje que es más artista que científico, y muy pasional. Guillermo del Toro confesó que en el trabajo con Óscar Isaac, construyeron una relación de humildad para poder construir un Víctor con defectos y virtudes, como le gustan sus personajes.
Con Jacob Elordi, afirmó, tuvieron un momento muy hermoso. “Le puse la mano en la cabeza y vi a la criatura que había visto de niño, cuando leí la novela. Lo vi entrando a mi set”, afirmó.
Elordi comentó las dificultades que tuvo para construir a su personaje, que en la película está mutando, creciendo y transformándose, pero que él no podía verlo en ese momento. Luego, cuando finalmente vio la película en Venecia, lo entendió.
Explicó que llegó al punto, en el que por las noches lloraba porque “no sabía cómo construir a esta cosa”. Pero finalmente, luego de poner todo su empeño, y tras crear un modelo en su mente, lo creó y sobre todo creyó en él. “Cuando veo la pelicula me veo a mi y a mi papá. Esa fue mi meta principal: conseguir esa lealtal al texto”, dijo.
Cambiar las narrativas y frases de la religión católica con el horror, fue otro descubrimiento. “Creo que el horror está muy cercano a la palabra y al cuento de hadas. Y estas formas narrativas, que son muy viejas, permiten sanar, porque permiten sentir los temas y elementos de maneras mucho más elevadas”, explicó del Toro.
Ted Sarandos cerró la charla comentando que un amigo le dio una vez un consejo a su hijo: si tienes la oportunidad de trabajar con un genio y si además éste es amable, no lo dejes, porque no hay muchos como ellos. “Les diré a la gente de México que son afortunados y bendecidos, porque tienen a un genio en Guillermo”, luego de destacar la importancia de una producción tan ambiciosa y visualmente impresionante como Frankenstein.
Guillermo del Toro respondió que para que un árbol de frutos, tiene que crecer todo, pero sobre todo las raíces deben estar muy bien plantadas. “Hago lo que hago porque soy mexicano”, afirmó.